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Full text of "Descripción de la serranía de Zacatecas"

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DESCRIPCIÓN 


DE    LA 


fe 

FORMADA  POR  I.  M.  BUSTAMANTE, 


AUMENTADA    Y    COMBINADA 


CON 


PLANES,   PERFILES    Y   VISTA» 

TRAZADAS    EN  EOS   ANOS    DE    1829,   30,  31    ¥   33 


POR 


c.  as  ijsii^^ss^ 


►OOOOOOCM 


MÉJICO. 


IMPRENTA  DE  GALVAN  A  CARGO  DE  MARIANO  AREVALO, 

Calle  de  Cadena  núm.  3. 

1834. 


154*3. 


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^5 


DEDICATORIA 

AL  EXMO.  SR. 

DON   FRANCISCO   GARCÍA, 

GOBERNADOR  DEL  ESTADO  LIBRE  Y  SOBERANO  DE  ZACATECAS  EN  LA 

CONFEDERACIÓN  MEJICANA. 


EXMO.    SR. 


J£a  naiurá/eza,  varia  e?b  dad  /¿roa/uccioned ',  na  dotaaa  c& 
(¿¿verdad  a/o?ied  á  /ad  fiaided  i?i?iumera¿/ed  aue  cubren  ¿a,  <taz  co= 
nocida  u  da/itaaa,  c/c/  a/o/o.  &n  uñad  de  Sierciben  /od  érutod 
u  /e//&zad  c/e  una,  d!e?<-az  vcaetacio?i:  en  airad  una  Sirimavera  ca= 
d¿  eterna  embe/Zece  /ad  ca?n/iiñad  :  e7i  atorad  ¿a  multitud  de  <£uen= 
ied  natura/sd  aue  /ad  rieaan,  oérece  a/  nombre  ricad  á,roduccio= 
ned  aue  /e  indemnizan  de  dud  jiatiaad;  ú,  en  airad  éina/menie, 
cadi  cubier^to-d  afe  nie/o,  jfirede?iian  fierdúedivad  dedeonocie/ad  aue 
at?iae?i  /a  coniem/z/acion  ffi/odó£ica  efe/  viajero.  ¿Ca  ¿Metido/ica 
<Jb%eúicana,  diiaada  ventajad  aviente,  ¿¿odeeaora  cce  mi/  Preciad ¿aaaed 
en  /ad  tred  rei?iod,  anima/,  veada/  y,  minera/,  con  acuerdad  cu= 
mad,  Topeada  ae  aod  aranded  mared,  y  oaio  /a  iné/uencia  <& 
/a-    zona,    teni/i/ada-.  diem/i?ie    de    atraerá    /a    cur¿adic/aa    dc¿  nombre 


éndtruida,    a¿  aue    aérece    en  dud  /¿raduccioned    u?i    vadto-    y,  aara= 
dzvfó  camúa   en    aue  ex/¿cauar    u    aumenta?1*   dud  canacimieniod. 

G>nire  ¿ad    é>'dtadad    aue  /¡arman   ¿a    uoizéederaccon  *Jvwe/ica= 

oía,    ocufia    un    ¿uaar    muu    didlinauiaa    e¿  de   cZPacaiecad  aue  ta/n 

ace,?ltadame?ile    riae      ¿J'.     S.        idredcindienao-    ae     ¿ad    candideracio-= 

ned    úo¿¿licad  u  de    ¿a  inéiueizcia,    aue    va/a   ta¿  ad/¿ecto-  ñaua  e/er= 

cida    en    ¿ad    acanieccmientod    didlinlod    aue    ¿a,    nan    conmovida,    u 

cuuo-    ot/eto-   na    ed   de    ¿a,  /¿rédente   Mjedcri/icion,  do¿a    me   ne  ocu= 

/¿oda   de¿  exa?nen    aeo¿óaica  ae    ¿a  u/erranca    en    ¿a   aue    de    enc¿cen= 

ira    /a   ca/¿ila¿,     ado    coma    ae  ¿ad  riauezad  aue    canú'ene  y   na  /¿ra= 

ducida.        ¿£a    cana «¿aeración    aue    de    merece    en    ¿a    exterior    cíe    ¿a, 

&e/¿úo¿¿ca    edte    &dtada    /¿oí*-    mi¿  circundtanciad    aue    no-    da?t    de¿ 

codo-  /¿rédente  exponer,    u    e¿  cance/¿ta  judíamente  adauiriao-   ae  dud 

•riauezad,    va    deaur amenté    d    recliéicarde,    y,   d    didiÁar  ¿a  incerti= 

dumare    aue    daore    edte  /imito-  /acedan    tener-    en    (oura/a,    atricu= 

y,enc¿a    d    re¿acio?ied     exaaeradad   e¿  tedii?nanio-    ae    ¿ad    vio/erad,     a¿ 

■ver-   el  /¿/rédente    trava/o-    em/¿rendido  /¿ar    uno-    ae    ¿ad    nc/ad     ací 

/¿aid    ¿cedíante    ividiruida,  continuada    u  canauiao-  /¿ar    e¿  aue    dud= 

crive,    u    e?v    e¿  aue   de   adjuntan    ¿ad    aaiod    aétctaCed    mad    autén= 

iteod    ¿¿ara    com/zraaar    ¿a    veracidad  ae    cuanta    en    é¿  de    ex/¿ane. 

Jw-  ed  e?z  m¿  cence/ita,  &x??zo-.  ¿dar. ,  una  QDedcri/icion 
de  mwa  curiosidad,  aue  do¿a  /¿ueda  ¿¿ena?^  a/aunad  rotad  ae  ocia 
a¿  ¿ecto?^,    /¿ued  /lertcnece  d    aira    aénera,   aue  din     ds/ar-    ¿id  /¿a= 


daaerad  c'ácdccmed  c¿e  /a  c/cze/raiiura  écdccca,  reveca  a¿  /m¿t?iak  fóe= 
rario-  una  coe  cad  /ireccadcaciaed  ca?i  acee  nuecú  enTcauecwde  ¿a  ncd= 
zo-r-oa-  naúwac,  a/  Aar  oas  cndtrucr  ac  edücacada  ?¿  cc'rcundúecia 
naüo?ía/cdi'a.  ^¿üacaiecad  de  7¿a  aaaiecreao-  acorante  e¿  da¿ieb-  é  coced = 
¿raao  aaacerno-  ae  u.  é>.,  ana  re/icdaccan  ácana  ae  dad  eoemen- 
tod,  n  ae  cad  edéeoerzad  ca?i  acee  na  davcao  cococarde  entre  eo 
ne¿??iera  ae  cad  feacded  mad  red/ietafioed  ae  ¿a  <J)  ucean  <-Moezcca= 
na,/  u  ceno-  ae  cad  afectad  can  aue  ne  emÁrenaccca  edte  travceja 
na  decía  ce  ae  cantrcteeér-,  acc?i<7cce  en  mecw  /¿mecería  fiarte,  á  /ier= 
úeúcar  ca  meniarca  ae  O.  é>.,  á  acecen  ca  ñadteridaa,  mad  acee 
¿od  fii?íede?ii/ed ,  dafr?íán-  cea  roe  eo  ¿adió-  uiaar  á  aue  ed  acreedor- 
Sio-r-  cad  v-c^iccaed  aue  ¿a-  neceen  ia?z  rcca??ienaaSc/e.  ¡A^iaun  z£- 
taco  mad  á  firanódéia  /¿a?ia  recame?iaar-  tned  trauaj'od,  acee  e¿  co= 
cacar-  ac  ¿rente  ae  ecoad  eo  red/cdaáoe  namó-re  de  O .  é>.,  á  auc'c?i 
dau  acrceaar  c¿e  me¿ candcaeracca?ied,  ad¿  canto  todod  aacce/ead  acee 
f¿o-7<-  dud  ca?iocc??ue?dad  Siueaan-  der  úteced  e?i  e¿  fiac'd  aue  vczien. 
¿éía  araá'tua,  n  na  mad  ca  arateicca,  me  na  mavtcea  á 
aeaccar  á  U.  &.  ¿a  úo^edenoe  Wedcr  ¿Accan,  dea  cor  o-  ae  qece  aca= 
aera  can  óc?i6vaoe?icca  edta  •ficgcce?ia  manc'éedí.acc9?z  aeo  aéceía  acee 
Svraieda    á     U.    &.    da    atenía-    dervc'aar 

(oárc/id    ac    Uocraned. 

£&acatecad    Cxüdrc  3/    ae    S834. 


\ 


i  ÍNDICE 
DE  LA&  MATERIAS  CONTENIDAS 

EN  ESTA  DESCRIPCIÓN, 

I 

En  el  que  va  incluida  una  noticia  de  los  diseños  que  la  acompañan, 

S1 

.        .  .    . 

SECCIÓN    PRIMERA. 

Situación  y  aspecto  físico  de  la  Serranía  de  Zacatecas:  latitud  y  longitud  de 
la  ciudad:  aguas  y  vegetación:  conquista  y  descubrimiento  por  Juan  de  Tolosa. 
Un  diseño 1 

Núm.  1.  Plan  geográfico  y  topográfico  de  quince  leguas  al  rededor  de  la  Serra- 
nía  y  los  puntos  principales  con  sus  alturas  absolutas.     Una  vista. 

SECCIÓN    SEGUNDA. 

.  / 

Topografía  de  la  ciudad,  población,  edificios  públicos  y  particulares,  aguas  pota- 
bles, clima  y  estación  de  lluvias.     Dos  diseños 4 

Núm.  2.  Vista  de  la  entrada  de  la  Cañada  de  Zacatecas,  con  el  convento  de 
nuestra  Señora  de   Guadalupe. 

Núm.  3.     Vista  de  la  ciudad  tomada  de  la  garita  del  Sur. 

SECCIÓN    TERCERA. 

Rocas,  vetas  y  depósitos  metálicos.  Descripción  particidar  de  sus  formaciones.  Dos 

diseños 8 

Núm.  4.     Plan  topográfico  de  la   Serranía  de  Zacatecas,   con  las  poblaciones, 

velas,  minas  y  haciendas  de  beneficiar   metales,  y  de  la  geognosia,    según    la 

descripción  de  D.  José  María  Bustamanle. 
Núm.  5.     Perfil  trasversal  en  correspondencia  con  el  plan  y  sus  alturas  sobre  el 

nivel  del  mar,  y  formaciofics  de  las  rocas. 

SECCIÓN    CUARTA. 

Descripción  de  la  Velagrande  y  la  de  S.  Bernabé  y  Cantera:mina  de  Quebradilla 

y  las  Mesteñas.      Tres  diseños 13 

Núm.  6.     Una  viñeta  con  el  plan  geométrico  del  tiro  general  de   Vctagrande. 


Núm.  7.     Vista  de  la  población  y  minas  de  este  nombre. 
Núm.  8.     Minas  de  S.  Acacio  y  la  Gallega. 

SECCIÓN    QUINTA. 

Número  de  minas  y  haciendas  situadas  en  la  Serranía.     Tres  diseños 24 

Núm.  9.     Vista  de  la   hacienda  de  beneficio  de  la  Sauceda. 
Núm.   10.     Plan  geométrico  circunstanciado  de  ella. 

Núm.  11.  Vista  de  la  hacienda  de  Buensuceso,  y  de  la  población  de  S.  Juan 
Bautista  de  Panuco. 

SECCIÓN    SEXTA. 

¡i 

Productos  de  la  Minería  hasta  el  año  de  1834:  sustancias  minerales  que  contie- 
ne la  plata:  ley  media  de  los  frutos  en  proporción  entre  los  resultados  por  el 
sistema  de  amalgamación  y  fundición 31 

SECCIÓN    SÉPTIMA. 

Casa  de  moneda,  pesos  y  medidas 37 

.    .    .    .    .  -*4868'»" 

ADVERTENCIA 

Aunque  el  autor  de  esta  Descripción  tenia  ánimo  de  acompañar  á  ella  los 
planes  y  vistas  á  que  se  refiere,  no  puede  tener  esta  satisfacción,  porque  le  fué 
necesario  mandar  abrir  en  Europa  las  láminas  respectivas  que  no  tardará  mu- 
cho tiempo  en  obtener  con  el  número  suficiente  de  estampas,  para  aplicar  á  ca- 
da cuaderno  las  que  le  corresponden  según   la  explicación  que  antecede. 

■ 


DESCRIPCIÓN 

DE    LA 

SERRANÍA   DE    ZACATECAS. 


SECCIÓN    PRIMERA. 


SITUACIÓN   Y    ASPECTO   FÍSICO,    LONGITUD   Y    LATITUD    DE    LA     SERRANÍA   DE    ZACATECAS,    AGUAS   Y 
vegetación:   CONQUISTA  Y   DESCUBRIMIENTO   del   mineral. 


D, 


'ESDE  la  loma  de  la  hacienda  de  Trancoso  cuya  altura  absoluta  es  de  dos 
mil  ochocientas  ochenta  y  ocho  varas,  se  presenta  hacia  el  Poniente  del  hori- 
zonte la  cadena  de  colinas  ó  montañas  de  Zacatecas,  medio  cubiertas  con  un  velo 
de  nubes  azules,  y  en  el  centro  de  las  sombras  obscuras  que  forman  los  cerros  en 
la  tarde  del  dia,  traslucen  las  torres  abigarradas  del  convento  de  Guadalupe  y 
del  santuario  del  Patrocinio,  situado  en  el  cerro  de  la  Bufa  con  sus  murallas  y 
torre  blanca;  y  mientras  que  la  parte  Sur  de  la  Serranía  está  unida  á  una  colina 
alta,  la  del  Norte  desaparece  suavemente  en  el  llano  di-tante,  donde  se  mezclan  los 
humos  de  las  haciendas  de  beneficio  ó  fundición  de  metales  con  las  neblinas  (1). 
Observando  la  región  de  la  Serranía  de  Zacatecas  desde  uno  de  sus  vértices 
mas  elevados,  como  la  cima  del  cerro  de  S.  Francisco,  se  le  ve  rodeada  por  to- 
das partes  del  norte  del  llano  que  continúa  á  poca  distancia,  y  se  extiende  del 
Oriente  al  Poniente  hasta  mas  allá  del  Mineral  de  Ramos,  perteneciente  al  Esta- 
do de  S.  Luis,  y  sigue  por  la  hacienda  de  Pozo  hondo,  municipalidad  de  S.  Cos- 
me y  el  célebre  Mineral  del  Fresnillo. 

Esta  llanura  se  pierde  de  vista  y  presenta  el  curioso  espectáculo  de  las  mon- 
tañas de  la  hacienda  de  Tetillas,  que  son  dos  conos  bastante  elevados  casi  uni- 
dos por  sus  bases,  y  al  parecer  aislados,  que  se  levantan  del  fondo  de  la  llanura 
y  se  prolongan  en  el  azul  del  cielo  á  manera  de  dos  islas  en  los  límites  del  hori- 
zonte (2);  pero  por  el  lado  del  Sur  solo  se  ve  un  pais  muy  cortado  en  todas  di- 
recciones por  barrancas  y  cañadas  profundas,  una  continuación  de  cimas  mas  ó 
menos  elevadas,  ó  una  faja  de  montañas  que  trae  su  origen  de  la  áspera  sierra  de 
Palomas  (3). 


(1)  Véase  la  vista  de  la  Serranía  sobre  el  plan   topográfico,  tomada  en  el  rancho  del  Bermejo. 

(2)  Véase  la  vista  de  la   municipalidad  de  Vetagrande  donde  estos  cerros  se   representan   al 
horizonte. 

(3)  Plan  topográfico  de  la  Serranía  y  el  pais  que  la  rodea. 

3 


2 

Entre  esta  inmensa  variedad  de  cimas  sobresale  la  del  cerro  de  S.  Francis- 
co, cuja  altura  absoluta  es  de  tres  mil  trescientas  diez  y  seis  varas,  y  según  las 
averiguaciones  que  se  han  hecho  hasta  el  dia,  se  considera  que  es  el  punto  mas 
elevado  del  Estado  de  Zacatecas. 

La  sierra  de  este  nombre  es  el  punto  extremo  de  la  de  Palomas,  desde  el 
convento  de  Guadalupe  hasta  el  Norte,  donde  desaparecen  las  colmas,  y  tiene 
seis  leguas  de  largo  y  casi  cuatro  de  ancho. 

Zacatecas,  según  las  observaciones  del  Sr.  D.  José  María  Bustamante,  está 
situado  á  los  22,°  46,  3  de  latitud  Norte,  término  medio  de  dos  alturas  meridia- 
nas del  sol,  que  dieron  22,°  45,  58  de  una  de  la  otra  mayor  22,°  46,  9,  y  de  dos 
de  Tomalhant  22,°  46,  3.  Este  resultado  conviene  muy  bien  con  la  situación 
del  tiro  general  de  la  famosa  negociación  de  Vetagrande,  que  se  halla  de  22,°  50, 
20,  y  el  Dr.  Culter,  director  que  fué  de  la  citada  negociación,  lo  halló  de  22,°  49, 
5 3;  porque  comparando  la  diferencia  de  latitudes  3,°  59,  con  la  distancia  en  área, 
del  meridiano  4,°  y  5,  entre  el  tiro  general  de  Vetagraude  y  la  parroquia  de  Za- 
catecas, practicadas  para  levantar  el  plan  de  la  Serranía,  se  observará  una  armo- 
nía muy  satisfactoria  con  la  latitud  asignada.  La  longitud  dedui  ida  de  tres 
series  de  distancias  de  la  luna  al  sol,  es  de  104,°  13,  9  al  Occidente  de  Paris,  y 
suponiendo  á  Méjico  á  los  101,°  25,  30,  también  al  Occidente  de  Paris,  como  di- 
ce el  Barón  de  Humboldt,  resulta  .que  la  longitud  de  Zacatecas  es  de  2,°  47,  39, 
al  Occidente  del  meridiano  de  Méjico.  El  referido  Dr  Culter  ha  hallado  tam- 
bién por  distancias  lunares,  que  el  tiro  general  de  Vetagrande  está  á  los  101, °  57, 
16,  al  Occidente  de  Greenwicf,  ó  104,°  17,  31  de  Paris;  pero  según  las  medidas 
trigonométricas,  la  parroquia  de  Zacatecas  está  todavía  1,°  14  mas  occidental  que 
el  tiro  general;  de  consiguiente  la  longitud  de  Zacatecas  deducida  de  estas  dos 
observaciones,  seria  de  104,°  18,  45,  esto  es,  5,°  26,  de  grado  mayor  de  la  que 
dan  las  distancias  lunares.  Esta  diferencia  no  es  de  mucha  consideración,  si  se 
atiende  á  la  naturaleza  del  método  y  á  la  variedad  de  tablas  y  fórmulas  de  cálcu- 
lo que  se  emplea.  Finalmente,  varias  observaciones  de  Azimut  del  sol  y  otras  de 
la  estrella  polar,  han  dado  en  el  año  de  1825  para  la  declinación  magnética  7,° 
55,  30  al  Oriente,  y  se  adelantó  hasta  el  año  de  1833  á  8,°  27  hacia  la  misma 
parte. 

La  escasez  de  las  aguas  que  es  tan  general  en  la  República,  se  extiende  tam- 
bién sobre  la  sierra  de  Zacatecas,  v  los  arroyos  que  la  atraviesan  en  todas  direc- 
ciones traen  solo  en  la  estación  de  las  lluvias  agua  en  abundancia,  pero  en  el 
tiempo  seco  falta  muchas  veces  en  las  haciendas  de  beneficio.  Esta  escasez  se 
advierte  mucho  mas  por  la  posición  topográfica  de  la  Serranía,  pues  este  punto 
parece  ser  el  mas  elevado  de  las  cordilleras  en  esta  parte  de  la  República,  porque 
la  separación  de  las  aguas  que  corren  por  el  mar  del  Sur  y  las  que  van  al  golfo 
de  Méjico,  pasa  inmediatamente  en  la  parte  Sur  de  esta  Serranía,  como  se  de- 
muestra en  el  plan  topográfico,  y  la  linea  divisoria  que  en  él  se  marca  atraviesa 
casi  todo  el  Estado  de  Zacatecas  en  la  misma  dirección  de  N.  P.  á  S.  O. 


3 

La  Serranía  que  estaba  anteriormente,  según  tradición,  cubierta  de  mes- 
quites  {Acacia),  palmas  (Jttcca),  y  nopales  {Cactus  opuntia)  se  representa  en  el 
aia  en  una  estéril  desnudez,  y  solo  cerca  de  algunas  viviendas  se  encuentran  al- 
gunas palmas;  y  cerca  de  los  ojos  de  agua  algunos  sauces  (Salix).  El  lla- 
no que  confina  con  la  parte  Norte  poniente  de  la  Serranil,  es,á  cubierto 
con  un  palmar,  y  el  resto  de  los  llanos  lindantes  representan  un  plano  ex- 
tendido de  agostaderos  interrumpidos  con  grupos  de  nopaies  y  mesquites  chicos 
donde  miles  de  ganado  mayor  están  pastando  todo  el  año.  En  la  Serranía  mis- 
ma abundan  mucho  las  biznagas  (Cactus  melocactus)  de  diferente  forma  y  espe- 
cie (1).  Entre  los  cuadrúpedos  que  comunmente  andan  en  los  llanos  solo  llama 
la  atención  el  berrendo,  clase  de  yazelos,  de  que  ha  dado  el  Sr.  Cuvier  una  des- 
cripción en  su  nueva  historia  natural. 

A  los  veinte  y  seis  años  de  la  entrada  de  Cortés  en  Méjico,  esto  es,  el  de  1546, 
el  8  de  septiembre  llegó  el  capitán  Juan  de  Tolosa  al  pié  de  la  Serranía  de  Zacate- 
cas sin  grande  obstáculo  de  parte  de  los  naturales:  no  dilató  mucho  en  conocer  las 
grandes  riquezas  que  contenia,  y  excitó  á  sus  compañeros  y  amigos  Baltasar  Tre- 
miño,  Cristóbal  Ouate  y  Diego  de  Ibarra,  á  que  se  estableciesen  con  él  en  aquel 
pais.  Efectivamente,  se  reunieron  el  21  de  marzo  de  i-548,  y  descubrieron  la  mi- 
na de  Alvado  (2)  sobre  la  Vetagrande:  el  11  de  junio  del  mismo  año  la  mina  de 
S.  Bernabé,  y  el  1.°  de  noviembre  los  tajos  de  Panuco.  Seguramente  fueron  muy 
rápidos  los  progresos  de  la  minería  y  poblaciones  en  los  primeros  cuarenta  años, 
cuando  por  el  de  1588  ya  se  le  concedió  el  título  de  muy  noble  y  leal  ciudad,  á 
petición  de  Baltasar  Tremiño,  y  se  le  dio  escudo  de  armas  (3).  Guanajuato  tuvo 
primero  el  título  de  villa,  concedido  el  año  de  1619,  esto  es,  á  los  sesenta  y  cinco 
años  de  haberse  comenzado  á  edificar;  el  de  ciudad  en  1741  ó  ciento  veinte  y 
dos  años  después. 

(1)  Uno  de  los  primeros  botánicos  de  Alemania,  Dr.  y  Profesor  Sr.  Nees  de  Esembeck,  está 
ocupado  en  hacer  una  descripción  de  las  plantas  principales  del  llano  y  parte  de  los  cerros  de  Za- 
catecas según  un  herbario  que  se  le  ha  mandado  en  el  año  de  831,  y  que  se  publicará  en  la  sección 
11  de    las  Riquezas  naturales  de  Zacatecas. 

(2)  Esta  mina  que  hoy  está  comprendida  en  las  pertenencias  de  la  negociación  de  Vetagrande, 
fué  trabajada  por  Fernando  Cortés  muy  al  principio  de  su  descubrimiento,  y  seguramente  una  de  las 
antigüedades  mas  curiosas  que  existen  relativas  al  ramo  de  minería  son  las  memorias  de  sus  gastos 
semanarios  y  los  de  la  fundición  que  le  era  anexa.  Estos  preciosos  documentos  se  hallan  en  el  ar- 
chivo  de  la  casa  del  Estado:  véase  la  interesante  exposición  hecha  á  la  cámara  de  diputados  del  con- 
greso  general  por  D.  Lúeas  Alaman  como  apoderado  del  duque  de  Terranova,  relativa  ú  las  pro- 
piedades que  están  á  su  cargo,  pág.  25  nota  9,  impresa  en  Méjico. 

(3)  Véase  la  lámina  correspondiente. 


SECCIÓN    SEGUNDA. 


TOPOGRAFÍA    DE    LA    CIUDAD,  POBLACIÓN,  EDIFICIOS    PÚBLICOS    Y    PARTICULARES,  AGUAS    POTABLES, 

CLIMA,   HSTACION    DE    LLUVIAS. 


» 


ESDE  el  colegio  de  Guadalupe  que  está  á  2775  varas  de  alto  sobre  el  mar, 
el  camino  sigue  por  una  cañada  angosta  y  arriesgada  para  transitarla  en  la  esta- 
ción de  aguas  por  las  grandes  avenidas  que  suele  traer.  Pudiera  decirse  que  des- 
de aquí  comienza  la  ciudad,  porque  sucesivamente  se  va  pasando  por  las  hacien- 
das de  beneficiar  metales,  que  están  situadas  á  los  lados  de  la  barranca,  y  con 
pocas"  interrupciones  se  llega  por  una  calle  de  casas  que  tiene  mas  de  una  legua 
de  largo,  á  la  población  principal.  (Véase  el  adjunto  plan  geognóstico  y  de  la 
situación). 

Esta  ciudad,  como  la  mayor  parte  de  las  poblaciones  que  deben  su  origen  á 
las  minas,  está  edificada  en  una  cañada  ó  barranca  hacia  el  centro  de  la  sierra, 
rodeada  de  áridas  y  altas  montañas  que  presentan  un  aspecto  triste  y  la  privan 
de  un  horizonte  libre.  Parece  que  en  estos  casos  los  primeros  pobladores  solo 
cuidan  de  acercarse  donde  hay  agua,  pero  sin  alejarse  de  los  trabajos  que  han 
emprendido  sobre  las  vetas,  y  no  fijan  la  atención  en  lo  mas  ó  menos  ásperas,  des- 
igual é  incómodo  del  sitio;  van  agrupando  sus  casas  según  la  comodidad  que  les 
presenta  el  terreno,  y  con  el  tiempo  resulta  una  población  desordenada  en  que 
ni  las  calles  son  recias,  planas,  paralelas  ni  del  mismo  ancho,  que  se  cortan  en 
todas  direcciones,  formando  manzanas  muy  irregulares,  las  unas  altas,  las  otras 
bajas;  y  de  aquí  nace  que  hasta  la  repartición  interior  de  los  edificios  y  casas 
participe  de  estas  deformidades,  obligando  á  construir  muchas  piezas  con  pare- 
des que  no  se  corten  á  escuadra:  de  este  modo  están  sembradas  las  casas  é  igle- 
sias de  Zacatecas  en  las  faldas  del  cerro  de  la  Bufa  y  del  Grillo,  con  el  único 
orden  que  permitieron  las  duras  inflexiones  de  la  cañada  y  las  desigualdades  del 
terreno;  y  por  mas  que  el  arte  ha  trabajado  después  en  suavizar  las  cuestas,  en- 
derezar las  calles,  empedrarías  cómodamente  y  salvar  el  curso  del  agua  por  me- 
dio de  buenos  puentes,  nunca  se  pierden  las  delincaciones  de  la  planta  primitiva. 
En  el  mismo  caso  se  halla  Guanajuato,  y  si  ambas  ciudades  se  extendieran  en  un 
terreno  llano,  y  bajo  un  plan  regular,  rivalizarían  con  las  mejores  de  la  República. 

Es  muy  variable  el  número  de  habitantes  de  una  ciudad  en  que  las  minas  son 
ó  forman  su  principal  ramo  de  industria,  porque  las  vicisitudes  á  que  está  sujeto 
este  ramo  influyen  directamente  en  el  aumento  ó  diminución  de  la  población.  Pol- 
los años  de  1805  la  ciudad  de  Zacatecas  tenia  treinta  y  tres  mil  almas;  pero  en  la 
época  de  la  revolución  en  que  la  minería  experimentó  gran  paralización,  aquel 
número  se  redujo  á  mucho  menos:  los  mineros  en  el  último  caso  largan  con  sen- 
timiento el  martillo  y  la  barrena,  y  van  á  buscar  su  subsistencia  en  la  mancera  y 
reja;  bien  que  siempre  prontos  á  volver  á  su  antiguo  ejercicio,  porque  para  ellos 
cualquiera  otro  los  degrada. 


5 

Todavía  no  hay  padrones  exactos;  y  aunque  ahora  comienza  á  publicar- 
se el  número  de  nacidos  y  muertos  de  cada  parroquia,  no  hay  datos  para  cal- 
cular con  certeza  la  población,  y  mucho  menos  sus  elementos,  como  el  núme- 
ro de  hombres,  de  mugeres,  de  casados,  viudos  y  solteros,  castas  &c.  hasta  que 
poco  á  poco  se  vayan  desenvolviendo  nuestras  actuales  instituciones  y  tengan  su 
efecto  las  acertadas  disposiciones  de  las  autoridades  de  Zacatecas  para  adquiri- 
de  todos  los  partidos  y  distritos  los  conocimientos  estadísticos  necesarios  á  su 
instrucción;  sin  embargo,  atendiendo  á  las  reflexiones  de  varios  señores  instrui- 
dos, y  á  las  combinaciones  que  se  han  podido  hacer,  está  averiguado  que  la  po- 
blación de  la  Serranía  de  Zacatecas  ascendió  en  tres  diferentes  épocas  al  nú- 


mero siguiente. 


AÑO  DE  1828 1831  1833. 

v s , 


Zacatecas 16.000 21.423. 

Vetagrande  . . .  .5.000 6.250. 

Sauceda. 

Panuco ..) 3.000 2.816. 

Guadalupe 2.000 2.821 . 

26.000.  33.310. 

De  estos  se  podrán  contar  la  décima  parte  de  personas  que  se  ocupan  en  las 
minas  y  baciendas'de  beneficio. 

A  pesar  de  las  dificultades  que  presenta  el  pais  de  Zacatecas,  tiene  muy  bue- 
nos edificios:  la  parroquia  principal  es  seguramente  uno  de  los  mejores  templos: 
se  quemó  el  año  de  1622,  y  la  viuda  de  D.  Diego  Tremiño,  uno  de  sus  primeros 
pobladores,  reedificó  una  de  sus  capillas;  pero  arruinada  toda  la  fábrica  por  su 
mucha  antigüedad,  se  construyó  posteriormente  de  nuevo,  formando  un  templo  de 
tres  naves  bastante  espacioso  y  capaz,  con  buena  luz  y  de  una  arquitectura  sen- 
cilla y' sólida  (1). 

Los  vecinos  costearon  la  iglesia  y  convento  de  S  Francisco,  que  se  fundó 
el  año  de  1567:  es  seguramente  uno  de  los  templos  mas  antiguos,  y  sufrió  también 
una  quemazón  el  año  de  1648  que  casi  lo  destruyó;  pero  el  año  siguiente  se 
comenzó  á  reedificar,  poniendo  mas  cuidado  en  la  solidez  del  edificio  que  en  su 
buena  y  hermosa  arquitectura. 

A  los  once  años  después  de  fundado  el  convento  de  S.  Francisco  lo  fué  el 
de  S.  Agustin,  que  se  fabricó  de  nuevo  el  de  1613  por  D.  Agustin  de  Zavala:  es 
edificio  de  bastante  solidez  y  capacidad.  El  convento  de  S.  Juan  de  Dios  se 
fundó  el  año  de  1610:  el  colegio  de  la  Compañía  el  de  1616,  y  ochenta  y  seis 
años  después  el  convento  arruinado  de  nuestra  Señora  de  la  Merced. 

(1)  Todos  los  edificios  públicos  y  particulares,  menos  el  del  Estado,  son  de  una  arquitectura 
muy  antigua  y  mixta;  lleno  de  arabescos  mezclado  con  adornos  indígenas,  y  ofrecen  en  muchas 
partes  un  estudio  muy  interesante;  y  en  la  sección  xni  de  las  Riquezas  naturales  Je  Zacatecas  se  da- 
rá una  aclaración  circunstanciada  con  los  respectivos  dibujos   de   los  edificios  y  sus  adornos. 

4 


o 

El  edificio  que  ocupa  hoy  el  Honorable  Congreso,  lo  construyó  D.  Manuel 
<le  Rétegui,  minero  pudiente  que  fué  de  esta  ciudad,  y  á  cuyos  apoderados  lo 
compró  el  Estado  el  ano  de  823  en  cantidad  de  45U/  pesos.  Su  capacidad  no  so- 
lo es  bastante  para  las  oficinas  del  poder  legislativo,  sino  también  para  las  del  tri- 
bunal supremo  de  Justicia,  que  consta  de  tres  salas,  el  Ayuntamiento,  la  Bibliote- 
ca pública  y  la  imprenta  del  gobierno.  La  buena  distribución  primitiva  de  dicho 
edificio  ha  exigido  pocas  alteraciones  en  su  interior,  y  su  elegante  arquitectura 
lo  constituyen  uno  de  los  mejores,  mas  útiles  y  que  mas  adornan  las  calles  de  la 
ciudad. 

La  casa  de  la  Aduana  vieja  fué  construida  por  el  ex-conde  de  Santiago  de  la 
Laguna,  á  cuyos  herederos  lo  compró  últimamente  el  Estado,  y  en  ella  funciona 
el  gobierno,  su  consejo,  y  se  hallan  los  almacenes  generales  de  la  milicia  cívica. 
La  casa  llamada  de  las  Cajas  tiene  también  bastante  comodidad  y  buena  arqui- 
tectura; ocupándose  hoy  con  la  Tesorería  general,  Direcciones  de  hacienda  y  de 
diezmos,  y  las  oficinas  de  la  Comisaría  y  Comandancia  general.  La  casa  que  fué 
del  Ensaye,  que  tiene  ya  doble  extensión  de  la  primitiva,  está  destinada  para  la 
fabricación  de  la  moneda  y  sus  oficinas  de  cuenta  y  razón,  y  el  mismo  Ensaye. 
Aun  todavía  debían  situarse  otros  edificios  públicos  como  el  que  se  construyó  con 
el  primitivo  objeto  de  Albóndigas,  y  hoy  está  sirviendo  de  fábrica  de  tabacos,  cuya 
extensión,  buena  arquitectura  y  útiles  servicios  que  hace  al  Estado  lo  recomienda 
mucho;  también  otras  varias  casas  de  particulares  contribuyen  al  adorno  de  la 
ciudad;  pero  seria  separarnos  del  plan  que  nos  hemos  propuesto  si  nos  exten- 
diéramos mas  sobre  este  punto. 

Como  hemos  observado  en  la  sección  anterior,  la  sierra  de  Zacatecas  se  re- 
siente de  la  escasez  de  aguas,  y  el  arroyo  que  atraviesa  la  ciudad  es  un  torrente 
que  solo  en  tiempo  de  lluvias  trae  fuertes  avenidas,  las  cuales  son  de  muy  poca 
duración,  así  por  su  mucho  pendiente  como  por  la  proximidad  de  su  origen,  y  los 
habitantes  tienen  que  surtirse  del  desagüe  de  las  minas  conducida  por  acueductos 
hasta  una  fuente  que  está  en  la  plaza  principal;  de  los  algíbes  ó  cisternas  que 
hay  en  varias  casas,  en  donde  recogen  la  llovida,  de  los  ojos  de  agua  de  la  Ceba- 
da y  otros  manantiales  cortos  que  nacen  en  la  montaña  de  la  Bufa,  y  de  norias  y 
tiros  de  minas  que  la  producen  de  buena  calidad,  ocupándose  bastante  gente  en 
el  oficio  de  aguadores  que  la  conducen  á  las  casas. 

El  clima  de  Zacatecas  es  frió  y  seco,  á  lo  cual  contribuye  su  grande  altura 
sobre  el  nivel  del  mar,  y  desnudo  de  vegetaciones  de  las  montañas:  según  las  me- 
didas barométricas  su  altura  absoluta  es  de  2490  meter,  ó  2966  varas,  igual  á  la 
del  Mineral  de  Pachuca  y  495  varas  mas  que  la  de  Guanajuato.  Los  vientos  de 
Norte  son  los  mas  constantes,  y  en  los  primeros  meses  del  año  son  frios  y  so- 
plan con  bastante  fuerza.  No  se  puede  fijar  la  temperatura  inedia  de  un  parage 
con  pocas  observaciones;  pero  no  habiendo  mas  datos  que  los  que  hemos  reco- 
gido en  poco  tiempo  y  con  muchas  y  largas  interrupciones,  resulta  de  ellas  que 
la  mayor  temperatura  observada  en  marzo  ha  sido  de  22.°  7,  y  la  misma  en  octu- 


1 

bre  de  14,°  5:  el  término  medio  de  62  observaciones  termométricas  es  de  16,  8 
de  la  división  decimal,  que  se  puede  considerar  como  un  número  aproximado; 
porque  si  bien  puede  decirse  que  faltan  las  observaciones  de  abril  y  mayo  en  que 
el  termómetro  debe  estar  alto,  faltan  también  las  de  enero,  noviembre  y  diciem- 
bre en  que  debe  bailarse  bajo;  no  obstante,  presumimos  que  la  temperatura  me- 
dia de  16,  8  aun  debe  ser  todavía  menor  (1).  La  estación  de  aguas  es  de  cor- 
ta duración,  esto  es,  son  pocos  los  dias  que  llueve  y  las  lluvias  son  mas  esca- 
sas en  las  serranías  de  Zacatecas  que  en  el  Bajío;  pero  esto  lo  experimentan 
todas  las  poblaciones  de  la  República  en  razón  de  que  se  aproximan  al  Norte,  en 
cuyo  fenómeno  influyen  causas  hasta  ahora  poco  conocidas  ó  averiguadas.  La 
cantidad  de  lluvia  que  cayó  en  la  ciudad  el  año  de  1825,  medida  escrupulosa- 
mente por  el  teniente  coronel  D.  Juan  Agea,  que  se  ocupó  en  estas  observacio- 
nes, es  como  sigue  (2). 

Meses.         Dias  que  llovió.       Pulgadas  y  cents. 


Junio 3 1 15. 

Julio 18 14 46. 

Agosto 9 4 26. 

Septiembre 13 9 78. 

Octubre 7 3 33. 


Suma 50 32 98. 

Pero  este  resultado  de  treinta  y  tres  pulgadas  llovidas  en  cincuenta  dias,  debe 
servir  mas  bien  para  recordar  un  año  de  extraordinaria  abundancia,  como  lo  fué 
aquel,  y  que  solo  se  experimenta  después  de  un  largo  periodo,  que  para  formar 
concepto  de  lo  que  anualmente  llueve  en  estas  latitudes:  seguramente  si  se  conti- 
nuaran las  observaciones  de  este  género,  veríamos  que  la  cantidad  de  lluvia  no 
pasaba  de  doce  á  trece  pulgadas,  ó  quizá  menos,  en  los  años  regulares,  porque 
ademas  de  otras  causas,  debe  influir  poderosamente  en  la  sequedad  la  total  fal- 
ta de  árboles  que  se  advierte  en  toda  la  sierra:  el  trabajo  de  las  minas  ha  aca- 
bado no  solo  con  los  que  poblaban  aquellas  montañas,  sino  también  con  la  par- 
te mas  grande  de  los  bosques  de  los  alrededores. 


(1)  El  mes  de  octubre  y  el  de  febrero  son  por  lo  regular  los  meses  mal  sanos  de  todo  el  año 
y  en  que  aparecen  también  las  epidemias:  el  de  febrero  es  principalmente  dañoso  para  el  ganado  ma 
yor  de  las  haciendas  de  campo. 

(2)  Apuntes  manuscritos  de   Airea.     Correo  político,   económico  y  literario  de  la  Sociedad  pa- 
triótica de  los  amigos  del   pais  de  Zacatecas,  del  jueves  11  de  agosto  de  1925,  núm.  17  y  siguientes. 


8 

SECCIÓN    TERCERA. 

ROCAS,   VETAS    Y    DEPÓSITOS   METÁLICOS    DE    LA    SIERRA    DE    ZACATECAS.        DESCRIPCIÓN    PARTICtí- 

LAR    DE    LAS    FORMACIONES. 

-LiA  roca  mas  antigua  de  este  país  es  la  Sienita,  que  forma  la  base  de  todas  las 
montañas,  porque  sobre  ella  descansa  hacia  el  Norte  una  extensa  formación  de 
pizarra,  que  así  por  el  grande  espacio  que  ocupa,  como  porque  en  ella  arman  casi 
todas  las  vetas  metálicas,  es  la  principal  y  mas  interesante  del  distrito.  Contiene 
capas  de  silicia  pizarra,  vacía  gris,  piedra  de  afilar,  clorita  y  otras,  que  la  carac- 
terizan de  transición.  Hacia  el  Sur  se  encuentran  dos  formas  de  pórfido,  ambas 
también  de  transición;  pero  la  una  mas  antigua  que  la  otra:  en  aquella  solo  se  ob- 
serva que  la  suele  cubrir  la  pizarra,  pero  la  mas  nueva  descansa  sobre  esta  roca 
y  alterna  con  ella.  Estos  pórfidos  son  muy  escasos  de  metales,  ó  por  mejor  decir, 
no  se  lían  descubierto  vetas  de  mayor  extensión  en  ellas,  á  diferencia  de  Pachuca, 
Mineral  del  Monte,  Mineral  del  Chico,  Zimapan,  Angangueo  y  Huautla,  en  que 
el  pórfido  es  eminentemente  metalífero  (1).  Sobre  estas  rocas  hay  formaciones  de 
vacía  gris,  brechas  antiguas  y  depósitos  modernos  de  acarreo.  Últimamente, 
sobre  la  Sienita  y  pizarra  descansan  dos  formaciones  de  caliza  secundaria,  la 
una  hacia  el  N.  O.  de  Zacatecas,  y  la  otra  al  N.  P.,  y  esta  última  es  la  mas  ex- 
tensa (2). 

En  cuanto  á  las  vetas,  son  innumerables  las  que  atraviesan  en  todas  direccio- 
nes aquellas  montañas;  sin  embargo  generalmente  corren  del  Oriente  al  Poniente, 
con  su  echado  al  Sur:  sus  crestones  cuarzosos  asoman  tan  claramente  á  la  super- 
ficie, que  se  les  puede  seguir  por  largos  trechos  sin  necesidad  de  brújula.  To- 
dos los  fenómenos  de  paralelismo  é  intersecciones  se  observan  á  la  luz  del  dia; 
y  aunque  los  principales  criaderos  son  Vetagrande,  S.  Bernabé  y  la  Cantera,  no 
obstante  los  otros  varios  que  están  marcados  en  el  plan,  y  en  el  estado  de  las 
Vetas  y  Minas,  han  producido  en  diversos  tiempos  riquezas  de  consideración. 
Según  la  totalidad  de  las  observaciones  hechas  sobre  los  frutos  que  producen  las 
vetas  que  actualmente  se  trabajan,  y  las  noticias  que  se  han  tomado  de  las  diver- 
sas clases  de  metales  que  en  tiempos  pasados  se  sacaban.de  otras  minas  que  hoy 
están  aterradas  y  abandonadas,  resulta  que  todas  las  vetas  del  distrito  de  Zaca- 
tecas pueden  dividirse  en  tres  grandes  porciones  ó  grupos,  ó  reducirse  á  las  tres 
formaciones  ó  depósitos  metálicos  siguientes. 

El  primero  consta  de  plata  sulfúrea,  menos  plata  nativa,  muy  poca  galena  y 
pirita  sulfúrea  en  pequeños  cubos,  diseminada  en  un  curso  casi  puro  con  muy 
poco  espato  calizo:  á  este  depósito  me  parece  que  pertenece  la  veta  Cantera  y  la 
mayor  parte  de  las  que  quedan  al  Sur  de  ella. 


(1)     Véase  la  carta  geognóstica  de  los  principales  distritos  minerales  del  Estado  de  Méjico,  for- 
tnada  por  T.    de  Gerolt  y  C.  de  Borghes  del  año  de  1827. 

(1)     Véase  el  adjunto  Bosquejo  geognóstico  de   la  Serranía  de  Zacatecas. 


i) 

El  segundo  consta  de  plata  sulfúrea  y  agria,  y  poca  plata  nativa;  mas  rosi- 
cler obscuro,  menos  galena:  pinta  sulfúrea,  argentífera  dominante  en  grandes  par- 
tes y  hermosos  cristales  con  una  blonda  negra,  sobre  cuarzo  piedra  córnea  y  ro- 
ca verde  muy  endurecida  con  venillas  de  cuarzo  y  espato  calizo,  y  poco  bruno 
espato.  A  este  tipo  que  es  de  la  veta  de  S.  Bernabé,  pueden  referirse  todas  las 
demás  que  cruzan  el  grande  espacio  comprendido  entre  la  Cantera  y  Vetagran- 
de:  es  el  mas  extenso,  como  aclara  el  plan,  y  el  que  abraza  mayor  número  de 
criaderos. 

El  tercero  y  último  consta  de  plata  sulfúrea  rosicler  á  veces  dominante,  mas 
ó  menos  plata  nativa,  galenas  de  todos  granos,  blonda  parda,  negra  y  amarilla 
no  muy  abundante,  poca  pinta  sulfúrea  y  algún  cobre  amarillo,  sobre  cuarzo  y 
piedra  córnea,  algún  espato  calizo  y  bruno  espato:  á  este  depósito  pueden  referir- 
se Vetagrande  y  las  que  se  hallan  al  Norte  de  ella.  Hemos  indicado  en  general 
las  principales  rocas  que  constituyen  la  sierra  de  Zacatecas,  los  depósitos  metá- 
licos y  vetas  que  contienen:  nos  resta  hablar  de  cada  uno  de  estos  objetos  en  par- 
ticular según  las  observaciones  que  hemos  recogido  en  este  pais  interesante  bajo 
todos  respectos. 

La  siemta  se  presenta  atravesando  la  pizarra  en  las  cimas  elevadas  del  cer- 
ro de  S.  Francisco  de  Esperanza  y  los  demás  cerros  al  Norte  Oriente  de  Zacate- 
cas, y  en  los  puntos  bajos  de  las  barrancas  escarbadas  por  las  aguas  en  el  arro- 
yo de  la  Sauceda;  es  de  grano  fino,  no  tiene  cuarzo,  ni  mica  diseminada;  el  fel- 
despato es  blanco  y  la  hornblenda  generalmente  verdosa:  á  veces  estas  dos  sus- 
tancias están  mezclabas  taií  íntimamente,  que  se  pierde  la  textura  granuda,  la  ma- 
sa toma  un  color  gris  verdoso,  y  pasa  á  verdadera  rocaverde.  Contiene  granate 
ordinario  en  masas,  cuarzo  y  epidota  común  en  ojos,  y  yo  he  hallado  piztasita 
en  cristales  divergentes  en  estrellas  y  ramilletes.  No  se  puede  observar  su  ex- 
tratificacion,  y  solo  se  nota  en  algunos  puntos,  que  consta  de  partes  separadas,  en 
chapas  confusas,  y  en  bolas  confusas  y  compuestas  de  cascos  concéntricos,  que 
se  separan  fácilmente  por  la  descomposición  que  experimenta  esta  roca  en  virtud 
de  la  acción  que  ejercen  sobre  ella  los  agentes  atmosféricos,  lo  cual  se  observa 
con  mucha  claridad  en  las  bolas  y  trozos  redondos  que  se  encuentran  en  las  fal- 
das de  las  montañas. 

Sobre  la  Sienita  y  debajo  de  la  pizarra  descansa  inmediatamente  una  capa 
de  rocaverde,  (cañada  de  la  Sauceda)  que  en  unas  partes  es  muy  gruesa,  (caña- 
da del  Arroyo  chico)  y  en  otras  no  se  deja  ver  entre  las  dos  rocas  citadas,  sino 
que  sobre  la  Sienita  está  inmediatamente  la  pizarra  (cerro  de  S.  Marcos).  Pu- 
dieran señalarse  dos  especies,  la  una  que  consta  efectivamente  de  feldespato  y 
hornblenda  común,  y  esta  es  la  mas  abundante,  y  la  otra  en  que  la  mezcla  es  de 
hornblenda  basáltica,  ó  mas  bien  elugila  por  su  dureza  y  color.  La  primera  es 
gris  verdosa  mate:  textura  desigual,  raspadura  blanca  agrisada  y  semi-dura:  con- 
tiene venillas  de  caliza  espática,  cuarzo  cristalizado  en  los  buecos  y  pirita  sulfú- 
rea diseminada  en  la  masa,  á  veces  tan  abundante  como  si  estuviera  próxima  á 

5 


10 

vetas:  también  suele  tener  cristales  de  feldespato  dispersos  en  su  masa  (cerro  de 
Esperanza),  y  entonces  pasa  á  rocaverde  porfidosa:  este  feldespato  es  de  muy  fá- 
cil descomposición,  y  cuando  absolutamente  desaparecen  los  cristales,  quedan  los 
huecos  que  le  dan  á  la  roca  un  aspecto  de  almendrilla  de  base  de  rocaverde:  en 
esta  también  suele  hallarse  la  piztacita  en  cristales  divergentes.  Esta  primera  es- 
pecie forma  una  capa  cuyo  grueso  pasa  de  doscientos  metres:  se  deja  ver  mas 
arriba  de  la  cañada  de  Guachichila,  y  se  observa  en  el  fondo  del  tiro  de  la  mina 
de  Jecolotes  en  el  llano  de  las  Vírgenes:  también  alterna  en  capas  con  la  pizarra 
de  que  hablamos  después.  La  segunda  es  casi  negra  agrisada,  forma  capas  in- 
clinadas ya  al  S.  E.  ya  al  S.  N.  de  55°  á  70°  (arroyo  de  la  Leona),  dura,  resis- 
tente y  en  capas  delgadas:  esta  se  deja  ver  solo  en  pequeños  espacios,  y  contie- 
ne granate  en  masas. 

Las  dos  formaciones  que  hemos  descrito,  se  hallan  cubiertas  por  la  pizarra: 
esta  roca  ocupa  mas  que  las  tres  cuartas  partes  de  lo  que  llamamos  la  sierra  de 
Zacatecas:  su  extractificacion  es  muy  clara,  y  aunque  á  veces  sus  capas  están 
hondeadas,  por  lo  común  son  planas  y  bastante  regulares:  se  dirigen  entre  las  ho- 
ras ocho  y  nueve  con  inclinación  de  45°  á  50°  al  S.  N.  Contiene  todas  las  es- 
pecies y  variedades  que  se  conocen  de  esta  roca  sencilla,  pero  se  puede  distin- 
guir en  cuatro  principales,  que  parece  que  indican  otras  tantas  épocas  de  forma- 
ción. La  mas  inferior  ó  antigua,  (loma  de  la  mina  de  la  Hoyera)  es  una  pizar- 
ra parda  rojiza  talcosa  con  muchas  láminas  continuas  de  cuarzo  gris,  alternando 
con  las  hojas  de  la  pizarra  a  veces  tan  abundantes,  que  parece  un  cuarzo  apizar- 
rado con  talco,  ó  mas  bien  una  variedad  de  mica  pizarra  en  que  la  mica  ha  sido 
substituida  por  hojillas  delgadas  de  talco  pardo  rojizo:  en  ella  abunda  el  cuarzo 
blanco  de  leche,  en  almendras,  nudos  y  bolas  de  varios  tamaños  embutidos  en  la 
masa,  siguiendo  la  extractificacion  de  la  roca  en  sus  capas  comunmente  hondea- 
das. Después  sigue  otra  especie,  (cerro  de  Monserrate  y  arroyo  de  la  Calavera) 
gris  de  perla  obscura,  lustre  de  seda,  textura  pizarreña  fina  muy  perfecta,  mas  sun- 
tuosa que  la  anterior,  y  contiene  cristales  de  feldespato,  granitos  de  cuarzo  y 
muy  pequeñas  porciones  amies  daloideas  de  esteatita  ó  litomarga  endurecida,  y 
pudiera  llamarse  porfidosa,  ó  pórfido  apizarrado.  Estas  dos  especies  no  son  tan 
abundantes  como  la  siguiente:  es  gris  ama  nta  muy  suntuosa  y  lustrosa,  pasa 
á  pizarra  talcosa,  de  un  aspecto  plateado  y  contiene  capas  de  pizarra  de  afilar, 
(cerro  del  Salto  y  del  Cristo)  de  cilico  pizarra  común  (arroyos  de  los  tajos  de 
Panuco)  y  en  otras  partes  de  simple  arcillo  endurecido.  La  última  especie  (cer- 
ro de  las  Moscas)  es  gris  verdosa  con  muchas  verdi-negras  de  lustre  de  cera  y 
poco  suntuosa,  que  en  parte  toma  el  aspecto  de  clorita  apizarrada,  á  la  cual 
pasa  efectivamente  y  alterna  con  ella  varias  veces;  pero  esta  alternativa  sencilla 
se  hace  compuesta  cuando  á  la  clorita  apizarrada  se  reúnen  capas  de  roca  verde 
y  de  siliza  pizarra  que  alternan  entre  sí  (tajos  de  Panuco)  siempre  subordinados 
ó  como  elementos  constitutivos  de  la  formación  pizarreña. 

Hacia  el  Sur  en  que  la  pizarra  se  introduce  en  los  límites  del  terreno  porfi- 


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doso  y  de  vacía  gris,  se  encuentran  capas  de  estas  dos  últimas  sustancias  alter- 
nando en  situación  concordante,  como  lo  están  la  silisa  pizarra,  pizarra  de  afilar, 
clorita  y  roca  verde  con  las  de  la  pizarra;  y  preludiando  otro  orden  de  cosas,  ó 
el  cambio  que  va  á  experimentar  el  terreno. 

Hasta  aquí  la  formación  pizarreña  se  habia  presentado  con  sencillez,  pero 
este  incidente  introduce  al  parecer  el  desorden  en  el  modo  con  que  las  nuevas 
masas  componentes  se  amontonan  ó  se  suceden  unas  á  otras,  porque  la  pizarra 
que  poco  antes  era  la  roca  principal  se  presenta  después  como  una  simple  capa 
subordinada  al  pórfido:  repentinamente  se  hace  dominante  una  formación  frac- 
mentaria  de  vacía-gris  y  brechas  ó  conglomerado  rojizo,  y  se  oculta  enteramente 
el  pórfido;  pero  vuelve  de  nuevo  la  formación  pizarreña  indicando  que  todos  los 
cambios  exteriores  sólo  deben  considerarse  como  accidentes  subordinados  á  su 
modo  de  ser:  no  hay  duda  que  esta  complexidad  que  nace  de  la  estrecha  relación 
que  tienen  entre  sí  todos  los  miembros  que.  constituyen  la  clase  de  transición 
obliga  por  lo  menos  á  tratar  de  varias  rocas  al  mismo  tiempo,  y  esto  suele  perju- 
dicar á  la  claridad  y  concisión  de  las  descripciones. 

Este  pórfido  que  forma  capas  en  la  pizarra  y  que  descansa  sobre  ella  es  el 
quo  consideramos  como  mas  moderno:  su  color  es  rojizo,  su  base  arcillosa,  y  los 
cristales  de  feldespato  tienen  poca  adherencia  con  la  masa:  suele  contener  tabli- 
tas  de  mica  parda  de  tumbaga,  pero  carece  de  cuarzo  y  hornblenda,  en  su  lugar 
tiene  ojos  y  bolas  de  esteatita  y  litomarga  diseminados:  se  descompone  muy  fá- 
cilmente y  se  desmorona,  y  a  veces  sus  granos  son  tan  pequeños  que  parece  una 
arenita,  (cerro  de  la  Bufa).  Esta  arenisca  se  trabaja  como  cantera  en  aquellos 
parages  en  que  la  masa  tiene  mas  consistencia,  y  la  emplean  en  la  construcción 
de  edificios.  La  vacía-gris  que  alterna  en  capas  con  el  pórfido  que  acabamos  de 
describir,  es  una  masa  de  pizarra,  á  veces  gris  amarillenta  y  á  veces  parda,  que 
contiene  fragmentos  de  seliza,  pizarra,  clorita  &c.  (cerro  de  Santiago  y  cerro  de 
S.  Andrés),  extractificada  en  capas  de  gruesas  y  confusas. 

Este  sistema  de  rocas  alternantes  de  vacía-gris,  pórfido  y  pizarra,  está  en 
parte  sobrepuesto  de  una  brecha  rojiza,  (arenisca  antigua  conglomerado  antiguo 
de  Humboldt)  de  base  de  arcilla  muy  ferruginosa  que  envuelve  fragmentos  angulo- 
sos de  pizarra,  silica,  cuarzo,  pórfu  piedra  córnea,  pizarra  de  afilar,  sienita  &c. 
de  varios  tamaños  mas  ó  menos  confusamente  extractificadas  y  cuyas  capas  in- 
feriores parece  que  pasan  a  la  vacía-gris  (cerro  del  Padre);  y  en  parte  vuelve  á 
aparecer  daminando  solo  la  pizarra  hasta  que  termina  en  el  contacto  con  los 
pórfidos  mas  antiguos. 

Estos  se  hallan  todos  hacia  el  Sur:  no  se  encuentra  mas  la  pizarra,  y  ocupan 
una  grande  extensión  afectando  montañas  elevadas  ya  de  figura  cónica  y  con  los 
vértices  tajados  á  pico,  ya  de  formas  redondeadas  y  de  poca  altura,  (loma  de 
Francos)  (1).     El  mas  antiguo  es  un  pórfido  de  base  de  piedra  córnea  escamo- 


(1)     Véase  el  plan  topográfico  del  rededor  de  la  Serranía  de  Zacatecas* 


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sa,  en  cuya  masa  so  adhieren  fuertemente  los  cristal itos  de  feldespato,  se  obser- 
van también  algunos  de  cuarzo  de  fuerte  lustre  de  cera  y  no  contiene  hornblenda 
ni  mica  (al  Sur  de  la  mesa  del  cerrillo,  al  Poniente  de  Guadalupe).  Otra  especie 
de  jazpe  rojizo,  que  envuelve  los  cristales  de  feldespato,  contiene  calcedonia  en 
venillas  delgadas  ó  en  forma  arriñonada  revistiendo  los  huecos:  su  masa  es  bas- 
tante dura,  y  por  esto  la  emplean  en  piedras  de  arrastre  para  moler  los  metales 
(cerro  de  Guadalupe  y  arroyo  de  Machines):  en  parte  su  masa  es  uniforme  y  no 
se  observa  extractificacion;  pero  en  otros  parages  está  dividido  en  lajas  ó  chapas 
mas  ó  menos  inclinada  y  con  direcciones  inconstantes,  pero  bastante  grandes,  y 
se  aprovechan  de  las  mas  delgadas  y  uniformes,  esto  es,  de  las  que  tienen  doce  á 
catorce  pulgadas  de  grueso,  y  cosa  de  tres  y  media  á  cuatro  varas  de  largo  y  an- 
cho, sacándolas  con  mucho  cuidado,  y  empleándolas  en  hacer  de  ellas  el  fondo 
de  las  tinas  de  los  lavaderos  de  una  sola  pieza,  para  acortar  así  la  pérdida  de 
azogue  y  plata  que  se  advierte  cuando  estos  suelos  son  de  varias  piezas,  filtrán- 
dose de  amalgamas  muy  líquidas  por  las  junturas.  No  nos  ha  sido  posible  ob- 
servar si  estos  pórfidos  descansan  inmediatamente  sobre  la  sienita  como  lo  cree- 
mos, ó  si  solo  están  recargados  á  ella,  y  ambas  rocas  reposando  sobre  otras  mas 
antiguas:  los  pórfidos  forman  aquí  una  capa  muy  gruesa,  y  son  demasiado  duros 
para  que  las  aguas  hayan  podido  escarbar  barrancas  tan  profundas  como  necesi- 
ta el  que  se  ocupa  del  estudio  de  las  montañas.  Es  un  disgusto  tener  que  emplear 
suposiciones  mas  ó  menos  fundadas  para  inferir  la  situación  de  una  roca,  y  no  en- 
contrar en  el  terreno  mismo  por  mas  que  se  recorra  en  todas  direcciones,  medios 
exactos  de  fijar  su  antigüedad.  Las  faldas  de  estas  montanas  porfidosas  suelen 
hallarse  cubiertas  por  vacía-gris,  por  bancos  de  arcilla  casi  pura,  y  mas  comun- 
mente por  la  brecha  rojiza  ó  conglomerado  antiguo  que  hemos  descrito  antes. 

Últimamente,  para  terminar  esta  descripción  de  las  rocas  nos  resta  hablar  de 
una  formación  de  caliza  secundaria  que  se  presenta  en  los  puntos  del  distrito, 
el  uno  cerca  de  la  hacienda  de  la  Sauceda,  y  el  otro  en  el  camino  de  Vetagrande, 
al  rumbo  del  Pozo  de  Gamboa,  y  el  tercero  en  el  camino  por  el  rumbo  de  Bra- 
cho  hacia  el  camino  para  Fresnillo  (1),  en  que  el  terreno  descknde  considera- 
blemente, se  oculta  la  pizarra  bajo  una  caliza  compacta,  gris  amarilla,  de  textura 
igual  casi  plana  y  mates,  cubierta  por  una  capa  delgada  de  tela  caliza,  que  en 
partes  contiene  fragmentos  (espato  caliza)  (2):  de  pizarra  de  caliza,  pórfido  &c. 
de  varios  tamaños.  Esta  formación  se  desenvuelve  mas  hacia  el  rancho  de  la 
Calera,  y  se  notan  sus  analogías  con  la  caliza  de  la  llanura  de  Temascatio  cerca 
de  Guanajuato,  pero  no  contiene  alabandina  como  aquella,  ni  hemos  observado 
capas  subordinadas  de  otras  rocas.  La  caliza  de  la  Sauceda  es  gris  azulada,  y 
tiene  la  misma  textura  y  lustre  que  la  anterior:  descansa  también  sobre  la  pizarra, 
y  no  hemos  visto  en  ellas  las  capas  de  siliza  pizarra  de  que  habla  Soneschmidts. 

(1)  Véase  el  bosquejo  geognóstico  de  la  Serranía. 

(2)  Hacia  el  pueblo  de  Panuco  y  rancho  de  Palula. 


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SECCIÓN    CUARTA. 

DESCRIPCIÓN    DE    VETAGRANDE,   NEGOCIACIÓN    DE    COMPROMISO,  DESCRIPCIÓN    DE    LA    VETA    DE  SAN 
BERNABÉ.   DE    LA    VETA    CANTERA,   MINA    DE    QCEBRADILLA   Y    LAS    3IINAS    DE    LAS    MESTEÑAS. 

ETAGRANDE  (1)  es  seguramente  uno  de  los  criaderos  mas  principales  de 
Zacatecas,  así  por  la  extensión  de  su  laborío  como  por  las  riquezas  que  ha  pro- 
ducido casi  desde  el  año  de  1545  en  que  se  descubrió.  Dista  como  dos  leguas 
hacia  el  Norte  de  la  ciudad,  y  ha  dado  origen  á  una  población  de  cinco  mil  al- 
mas, que  se  llama  Nuestra  Señora  de  Guadalupe  de  Vetagrande,  la  cual  ha  forma- 
do siempre  un  distrito  mineral  con  sus  correspondientes  autoridades  por  lo  rela- 
tivo á  minas  que  llamaron  antes  Diputación,  que  estaba  dependiente  de  la  princi- 
pal de  Zacatecas,  y  que  en  el  año  de  1828  se  suspendieron  en  todo  el  estado  y 
agregaron  las  decisiones  de  minas  á  la  jurisdicción  local.  Yendo  desde  la  ciu- 
dad se  va  subiendo  considerablemente  hasta  llegar  al  puerto  de  Esperanza;  pero 
desde  este  punto  el  terreno  se  abate  repentinamente  para  entrar  en  Vetagrande; 
de  manera  que  este  distrito  está  situado  sobre  el  Saldo  Norte  de  una  serie  de 
montañas  que  corren  casi  de  Oriente  á  Poniente,  esto  es,  paralelamente  á  Ja  veta, 
y  lo  separan  de  Zacatecas.  En  este  camino  se  pasa  primero  por  algunas  hacien- 
das de  beneficio  de  plata;  después  se  atraviesan  algunas  vetas,  y  por  todas  par- 
tes se  ven  galeras  de  minas,  malacíites  descubiertos  y  en  movimiento,  escombros 
que  se  derraman  á  los  terreros,  y  se  observan  las  obras  y  trabajos  exteriores  del 
minero,  que  contrastan  singularmente  con  las  cimas  y  barrancas  de  las  monta- 
ñas en  que  están  situadas,  y  ofrecen  las  vistas  mas  pintorescas.  (Véase  la  vista 
de  la  Vetagrande. 

No  tenemos  estados  que  manifestar  con  exactitud  de  las  grandes  cantidades 
de  plata  que  ha  producido  en  diversas  épocas,  cuya  falta  es  común  á  casi  todas 
las  minas  de  Zacatecas;  y  de  aquí  proviene  que  no  se  puede  dar  de  ellas  sino  no- 
ticias muy  generales  con  respecto  á  sus  productos.  Los  Bordas  y  los  Ansas, 
que  por  el  año  de  65  trabajaron  los  puntos  de  S.  Acacio,  Alvarado,  S.  Francisco 
&c,  sacaron  enormes  sumas  de  plata,  porque  la  memoria  de  estas  bonanzas  se 
conserva  con  admiración.  Milanesa,  trabajada  por  los  antiguos  condes  de  Santia- 
go de  la  Laguna,  dio  en  dos  épocas  diversas  bonanzas,  las  grandes  cantidades  de 
beneficio  de  plata  que  restablecieron  las  casas  de  los  condes  de  S.  Mateo  Valpa- 
raíso, Marques  del  Jaral  de  Berry,  con  los  productos  que  dio  la  veta  en  esta  rica 
pertenencia  de  Urista.  Posteriormente  la  casa  de  los  Ansas  disfrutó  también  otra 
bonanza  que  sacaron  de  un  ramal   desprendido  de  Vetagrande,  en  la  mina  que 


(1)  Bajo  este  nombre  se  conoce  el  pueblo  de  la  Vetagrande,  la  veta  misma,  y  una  de  las  nego- 
ciaciones de  minas  que  están  en  ella:  trataremos  ahora  de  veta  en  general,  y  después  hablaremos  do 
la  negociación  en  particular. 

6 


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llaman  de  S.  Borja.  Los  puntos  de  Alvarado,  Gajuelos,  Concepción,  Gallega  y 
Cata  de  Juanes  han  producido  en  diversas  épocas  sumas  considerables:  última- 
mente, la  famosa  negociación  de  Vetagrande  ha  presentado  en  las  cajas  de  Za- 
catecas desde  el  año  de  1790  hasta  el  de  1826,  2.463716  marcos  de  plata,  produ- 
cidos del  laborío  de  solo  algunas  pertenencias  que  comnrende.  Bastan  pues  es- 
tas generalidades  para  formar  concepto  de  la  riqueza  é  importancia  de  este  cria- 
dero metálico.  Ne  se  conocen  sus  límites  á  lo  largo:  corre  del  E.  al  N.  como  la 
mayor  parte  de  las  vetas,  ó  con  mas  exactitud,  su  rumbo  general  es  N.  61°  W,  y 
el  de  su  echado  al  S.  con  30.°  de  inclinación:  desde  la  mina  de  Ángel  hacia  el  E, 
hasta  mas  allá  de  las  minas  de  Santa  Rita  al  W.,  espacio  de  siete  millas  que  según 
parece  está  abierta  en  ella;  pero  la  parte  laboreada  y  reconocida  que  ha  dado  las 
grandes  riquezas  y  en  que  están  situadas  las  minas  de  toda  opinión,  como  S.  Aca- 
cio, S.  Francisco,  Alvarado,  Esperanza,  Gajueios,  Concepción,  Masías,  Urista, 
Milanesa,  Gallega  y  otras,  abraza  un  espacio  como  de  cinco  mil  varas  desde  los 
cscarbaderos  primeros,  que  están  antes  de  la  mina  del  Ángel,  hasta  los  tajos  aban- 
donados que  siguen  á  la  de  Cata  de  Juanes.  Sus  crestones  asoman  á  lo  largo  de 
la  falda  Norte  de  la  Serranía  de  montañas  de  que  hemos  hablado,  y  estas  forman 
el  alto  de  la  veta:  en  todo  su  curso  atraviesa  la  roca  dominante  que  es  la  pizar- 
ra, pero  hacia  el  echado,  luego  que  pasa  el  grueso  de  esta  formación,  se  introdu- 
ce en  la  roca  verde  que  forma  sus  respaldos.  La  configuración  de  terreno,  la 
naturaleza  de  las  sustancias  que  le  constituyen  y  la  estructura  misma  de  la  veta, 
influyen  en  las  variaciones  que  se  advierten  en  su  rumbo  y  echado,  y  en  la  reu- 
nión ó  separación  de  los  cuerpos  ó  partes  de  que  se  compone  este  criadero.  Ge- 
neralmente se  ha  observado  que  consta,  como  la  veta  madre  de  Guanajuato,  de 
tres  vetas  ó  cuerpos  separados  por  intermedios  de  rocas  mas  ó  menos  gruesas, 
las  cuales  aunque  se  conocen  con  los  nombres  de  cuerpo  alto,  cuerpo  del  medio 
y  cuerpo  bajo,  se  le  dan  también  otros,  como  la  grande,  la  gretosa  y  la  verdeona; 
y  los  mineros  de  S.  Acacio  les  llaman  la  blanca,  la  grande  y  la  verdeona.  Estos 
cuerpos  suelen  abrazar  un  espacio  de  treinta  varas  de  grueso  como  en  S.  Aca- 
cio, el  cual  vaiía,  ya  por  estrecharse  los  mismos  cuerpos,  ya  por  unirse  ó  juntarse 
dos  de  ellos  formando  uno  solo,  en  cuyo  caso  suele  su  potencia  tener  de  cinco 
á  seis  varas,  como  en  la  pertenencia  Delgadillo.  Yo  he  observado  en  los  planes 
de  S.  Juan  de  Dios  de  las  pertenencias  comunicadas  de  Gajuelos  y  Cajoncillos, 
midiendo  un  crucero  que  atraviesa  los  tres  cuerpos,  que  el  alto  tiene  cuatro  va- 
ras de  grueso,  el  del  medio  cuatro  y  media  y  el  del  bajo  tres  varas;  el  primer  in- 
termedio dos  varas  y  el  segundo  dos  y  media  varas:  de  manera  que  desde  el  alto 
del  primer  cuerpo  hasta  el  bajo  del  tercero  encontré  diez  y  seis  varas;  pero  to- 
das estas  dimensiones  se  reducen  generalmente  hasta  dejar  una  potencia  media 
de  diez  á  doce  varas.  Los  crestones  de  la  veta  desde  la  mina  de  S.  Francisco  y 
las  Cabras,  se  nota  que  con  muy  pocas  inflexiones  sigue  constantemente  su  rum- 
bo dirigiéndose  al  cerro  de  Milanesa;  pero  después  que  pasa  de  esta  montaña,  y 
juzgando  por  la  dirección  de  los  tajos  de  la  Gallega  y  Cata  de  Juanes,  su  rumbo 


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varía  considerablemente  cargándose  al  Norte  y  llega  á  ser  de  40  á  45.°  W,  enca- 
minándose hacia  la  mina  de   Santa  Rita  (1). 

Las  principales  variaciones  en  el  echado  se  observan  en  las  pertenencias  de 
Masias  y  Urista,  en  las  cuales  llega  á  tener  40°  de  inclinación.  Es  opinión  gene- 
ral que  al  Sur  de  Vetagrande  pasa  otra  veta  distinta,  en  la  que  está  abierta  la  fa- 
mosa mina  de  S.  Borja,  que  ha  producido  riquezas  de  consideración;  esta  mina 
está  tan  próxima  á  la  de  Urista  que  á  muy  poco  centro  ó  profundidad  se  comuni- 
caron, y  fué  necesario  fijar  por  un  convenio  la  división  y  memorias  entre  ambas 
minas.  Según  la  dirección  de  esta  veta  de  S.  Borja  parece  que  en  ella  está  abier- 
ta una  mina  bastante  distante  hacia  el  W,  que  se  llama  el  Desierto. 

Casi  desde  la  pertenencia  de  Pedro  de  Torres  el  bajo  de  la  veta  cambia  de 
rumbo,  inclinándose  mucho  al  N.,  y  va  á  pasar  por  los  tajos  que  llaman  de  Arma- 
dos, asociado  de  otra  veta  distinta,  que  suponen  corre  todavía  un  poco  mas  al 
Norte  que  la  que  llaman  Vetagrande.  Estas  variaciones  en  el  rumbo  y  echado, 
este  ramaleo  ó  separación  de  los  cuerpos,  y  estas  asociaciones  de  nuevas  vetas 
que  se  verifica  solamente  en  un  corto  espacio  comprendido  desde  la  pertenencia 
de  Pedro  de  Torres  á  ía  de  Milanesa,  al  acercarse  á  la  montaña  de  este  nombre, 
naturalmente  llamaron  mi  atención,  y  me  excitaron  á  indagar  por  el  exterior,  ya 
que  no  es  posible  bajar  á  reconocer  el  interior  de  las  minas,  porque  no  se  traba- 
jaban, la  causa  de  estos  fenómenos.  Resulta  pues  de  mis  observaciones,  que  la 
veta  de  S.  Borja  no  es  otra  cosa  que  un  ramal  desprendido  del  cuerpo  alto  de 
Vetagrande,  cuyo  rumbo  se  inclina  mas  al  Sur,  y  va  á  pasar  por  este  lado  del 
cerro  de  Milanesa;  que  su  echado  al  Sur  es  menos  de  3ü,°  esto  es,  que  es  mas 
parado,  lo  cual  combinado  con  el  mayor  echado  que  tiene  la  veta  de  Urista,  expli- 
ca la  pronta  comunicación  de  las  dos  minas:  según  las  noticias,  los  frutos  de  S. 
Borja  están  tan  parecidos  á  los  de  Urista,  que  no  se  podian  distinguir,  y  esta 
identidad  de  matrices  y  minerales  es  un  criterio  geognóstico  que  viene  al  apoyo 
de  mi  opinión.  El  cuerpo  principal  de  la  veta  continúa  por  Masias,  Urista  y  Mi- 
lanesa y  pasando  al  N.  de  la  montaña  de  este  nombre  sigue  por  las  minas  de  Ja 
Gallega  y  Cata  de  Juanes;  finalmente,  el  bajo  se  manifiesta  en  dos  ó  tres  hilos  de 
mas  ó  menos  potencia,  que  cargándose  todavía  mas  al  Norte  pasan  por  los  tajos 
de  Armadas.  Según  todas  las  apariencias  del  cerro  de  Milanesa  ha  tenido  la  ma- 
yor influencia  en  las  alteraciones  que  experimenta  la  veta  el  acercarse  á  él:  pa- 
rece que  masa  sienítica  oponiendo  mayor  resistencia  á  la  causa  que  produjo 
grieta  ó  hendidura  que  llamamos  Vetagrande,  hizo  que  se  quebrase  y  se  formasen 
nuevas  grietas  en  la  uniforme  masa  de  pizarra  que  atraviesa,  y  que  estos  ramales 
dividiéndose  hacia  uno  y  otro  lado  de  la  montaña,  casi  la  envolviesen  como  un 
nudo,  ó  como  llaman  los  mineros  á  los  fenómenos  de  esto  especie  aunque  en  es- 
cala menor,  como  un  caballo  de  extraordinarias  dimensiones.     Es  digno  de  no- 

(1)  Las  diferentes  obras  que  se  han  ejecutado  en  los  años  de  1831  y  32,  parecen  haber  aclarado 
que  la  veta  de  Cata  de  Juanes  es  una  veta  propia  como  la  de  la  Gallega  también,  y  según  estas  acla- 
raciones es  mas  probable  que  la  veta  de  la  mina  Santa  Rita  es  la  misma  de  la  Gallega. 


16 

íarse  que  así  como  en  pequeño  un  caballo  produce  siempre  alguna  alteración  en 
la  masa  metálica  de  la  veta,  esto  es,  la  empobrece  ó  la  ennoblece,  del  mismo  mo- 
do en  grande  parte  sucede  lo  mismo;  porque  se  ba  observado  que  las  perte- 
nencias comprendidas  desde  Masias  á  Milanesa  por  el  lado  del  E.  y  las  de  Cata 
de  Juanes  y  Gallega  al  N.  del  cerro  de  Milanesa  han  tenido  puntos  mas  ricos  y 
han  producido  mas  abundantes  metales  mientras  mas  se  acercan  al  citado  cerro, 
y  esta  observación  excita  á  habilitar  las  minas  de  Milanesa  y  Gallega  como  las 
dos  bocas  mas  próximas  al  nudo,  y  á  dirigir  sus  laboríos  de  una  y  otra  parte  hacia 
este  punto:  al  apoyo  de  esta  idea  viene  también  la  observación  constante  y  bien 
comprobada  en  Zacatecas,  de  que  los  puntos  ricos  de  las  vetas  corresponden  á 
las  mas  elevadas  de  la  superficie.  Estas  relaciones  de  las  vetas  con  el  exterior  de 
las  montañas  son  de  la  mayor  importancia  para  la  dirección  de  los  trabajos 
subterráneos. 

La  matriz  mas  principal  y  abundante  de  la  veta  es  el  cuarzo,  que  en  partes 
pasa  á  piedra  córnea  escamosa,  es  comunmente  gris  ó  lechoso  cariado  ó  celular,  y 
muy  pocas  veces  cristalizado.  La  amatista  de  un  violado  obscuro,  rara  vez  claro, 
se  encuentra  en  masas  y  en  cristales  pequeños,  y  muy  pequeños.  La  piedra  cór- 
nea forma  cintas  y  venas  que  siguen  todas  direcciones  en  la  masa  de  la  veta, 
siempre  tan  íntimamente  unida  al  cuarzo,  que  no  puede  desconocerse  su  transi- 
ción. A  estas  sustancias  se  reúne  en  menos  cantidad  la  caliza  espática  en  ma- 
sas, en  tablas,  en  hacesillos,  y  rara  vez  cristalizada  en  dobles  pirámides  exágo- 
nas  (Metastático  de  Hasey)  siempre  pequeñas;  el  bruno  espalo  en  masas,  botones 
de  vacimos  y  muy  rara  vez  se  encuentran  pequeños  cristalinos  de  baritina  ó  es- 
pato pesado.  Los  metales  principales  son  la  plata  sulfúrea  cristalizada  en  pe- 
queños cubos  ectredosy  prismas  exágonas:  la  plata  agria  en  tablas  exágonas  atra- 
vesadas sobrepuestas  ó  en  forma  celular:  la  plata  nativa  en  chapas,  hojillas,  pega- 
duras, capilas  y  rara  vez  dentículas:  el  rosicler  obscuro,  en  masas  diseminadas  y 
cristalisado  en  prismas  exágonos,  y  finalmente  la  plata  polvorilla  en  hojas:  la  ga- 
lena siempre  en  masas  de  hoja  de  todos  tamaños,  y  á  veces  tan  pequeñas  que  pa- 
sa á  plumbago:  el  carbonato  de  plomo  celular,  la  blenda  negra,  parda  y  amarilla, 
nunca  en  cristales,  sino  siempre  en  masas  y  diseminada  á  veces  tan  finamente 
que  constituye  una  clase  de  frutos  que  llaman  acanelados  y  que  son  muy  ricos, 
porque  está  mezclada  con  rosicler  y  plata  sulfúrea:  el  cobre  amarillo  en  masas  pe- 
queñas, y  el  azul  en  tablitas  celulares. 

La  pirita  sulfúrea  en  cubos  y  en  cristales  triglifos  pequeños,  y  finalmente  la 
pirita  arsénica!,  no  hemos  visto  la  plata  córnea,  ni  el  antimonio  en  esta  veta  como 
lo  afirman  otros.  La  Gallega  es  tanto  mas  abundante  en  plata,  cuanto  su  grano 
es  mas  fiuo:  la  pirita  sulfúrea  de  un  amarillo  de  bronce  pulido,  bronce  bruno  de 
los  mineros,  es  muy  argentífera  y  suele  tener  hasta  doce  ó  quince  marcos  por 
montón:  esta  pirita  molida  en  los  arrastres  es  lo  que  llaman  marmajas,  y  parece 
que  las  mas  ricas  han  sido  las  que  producía  la  veta  de  S.  Bernabé  y  las  que  per- 
tenecen á  ella. 


17 

Todas  estas  sustancias  minerales  que  constituyen  la  masa  de  la  veta,  se  ha- 
llan distribuidas  en  cierto  orden  que  conviene  conocer.  De  luego  á  luego  se  pre- 
sentan divididas  en  dos  partes  principales:  la  primera  es  aquella  que  desde  la  su- 
perficie ocupa  hacia  la  profundidad  una  zona  que  suele  tener  de  ochenta  á  cien 
varas,  y  á  veces  llega  á  ciento  cincuenta,  y  que  el  minero  distingue  con  el  nom- 
bre de  frutos  colóralos:  su  masa  principal  es  un  cuarzo  á  veces  cariado  y  celirar, 
y  siempre  muy  cargado  de  óxido  rojo  de  hierro  con  mas  ó  menos  artilla,  en  el  cual 
se  halla  la  plata  sulfúrea  y  la  nativa  diseminada  en  mas  ó  menos  abundancia:  por 
lo  común  estos  frutos  en  casi  todas  las  vetas  son  ricos,  y  quizá  á  esto  se  debe  el 
que  la  mayor  parte  de  ellas  están  trabajadas  á  tajo  abierto,  y  se  encuentran  con 
frecuencia  estas  grandes  zanjas  en  las  montañas.  En  la  famosa  negociación  co- 
nocida con  el  nombre  de  los  Tajos  de  Panuco  y  que  ha  dado  origen  á  otros  pe- 
queños distritos  como  el  de  Vetagrande,  la  veta  está  comida  desde  la  superficie 
en  todo  el  espacio  que  abrazan  las  cuatro  pertenencias,  esto  es,  en  ochocientas 
varas  al  hilo.  Lo  mismo  sucede  en  otras  negociaciones  de  no  menor  importan- 
cia, como  la  de  los  tajos  de  S.  Aparicio  de  Isabelica,  de  los  Santiagos  y  en  otras 
muchas  partes.  La  segunda  que  es  la  mas  extensa  y  en  la  que  se  encuentra  mas 
constancia  y  mayores  riquezas,  se  conoce  con  el  nombre  de  los  Negros:  comien- 
za donde  terminan  los  Colorados,  y  es  la  mas  complicada  en  la  composición  de 
sus  partes.  Consta  de  todas  las  sustancias  que  hemos  nombrado  antes,  siempre 
mas  ó  menos  mezcladas  unas  con  otras:  los  metales  forman  fajas  de  varios  anchos, 
que  siguiendo  la  dirección  de  la  veta,  ocupan  ca  i  el  medio,  ó  mas  bien  el  bajo  de 
ella:  de  estas  fajas  se  desprenden  cintas  angostas  y  venas  que  se  ramalean  en  to- 
da la  masa  del  cuarzo  y  á  voces  envuelven  bolas  de  esta  sustancia:  otras  ocasio- 
nes estas  cintas  están  divididas  en  porciones  cortas,  formando  hojas  de  diversos 
tamaños  diseminados  y  como  embutidos,  pero  sin  seguir  una  dirección  constante. 
Las  platas  piritas  de  cobre  y  hierro  generalmente  mezcladas,  ocupan  el  centro  de 
las  fajas,  y  á  los  lados  están  las  blendas  y  galena  de  grano  mediano:  en  el  bajo  se 
encuentran  siempre  la  galena  formando  grandes  masas,  bolas  y  ríñones  casi 
siempre  mezclado  de  pirita  sulfúrea  muy  finamente  diseminada  y  cobre  amarillo 
con  la  blenda  negra  y  parda,  y  entonces  abunda  la  caliza  espática.  Las  fajas  y 
cintas  metálicas  se  prolongan  mas  ó  menos  hacia  el  hilo  y  echado  de  la  veta  se- 
gún su  ancho,  y  se  terminan  subdividié'idose  en  venas  y  en  hilos  muy  finos  hasta 
casi  perderse,  y  después  de  un  cierto  espacio  á  veces  mas  largo  de  lo  que  el  mi- 
noro quisiera,  vuelven  á  reunirse.  Cuando  se  escasean  los  frutos,  el  minero  de- 
sea encontrar  la  amatista,  ó  guija  mollar,  como  indicio  de  su  cercanía:  las  masas 
de  galena  son  también  otro  criterio  que  mas  seguramente  alienta  las  esperanzas 
del  minero,  pues  se  ha  observado  casi  constantemente,  que  á  continuación  de  es- 
tas masas  siguen  los  metales  de  plata.  De  los  tres  cuerpos  el  bajo  es  el  mas 
abundante  en  galena  y  blenda  negra  que  los  otros  dos:  en  estos  hay  mas  amatis- 
ta y  son  mas  constantes  que  el  bajo  en   sus  leyes  y  calidad  de  sus  frutos:  este, 

cuando  se  une  el  cuerpo  medio  parece  que  se  empobrece;  pero  en  él  suelen  ha- 

7 


18 
liarse  términos  muy  ricos,  aunque  poco  frecuentes.  En  esta  veta  escasean  mu- 
cho las  cristalizaciones:  rara  vez  se  encuentra  algún  pequeño  hueco  cuyas  pare- 
des están  revestidas  de  cristales:  no  hay  aquellas  grandes  abras  y  grietas  á  veces 
de  muchas  varas  de  largo  que  se  presentan  en  la  de  Guanajuato,  revestidas  de 
cristales,  muy  bien  pronunciado  de  espato  calizo,  de  pruno  espato,  de  cuarzo  &c, 
entre  las  cuales  he  hallado  varias  formas  nuevas  (1);  por  el  contrario,  usando  el 
lenguage  del  minero,  esta  veta  está  muy  apretada;  las  sustancias  que  la  constituyen 
se  hallan  íntimamente  unidas  entre  sí,  y  son  muy  raros  los  puntos  en  que  se  aflo- 
ja y  da  lugar  á  aquellos  fenómenos.  Aunque  en  general  la  veta  ha  tenido  poca 
influencia  sobre  la  roca  adyacente,  no  por  esto  presenta  en  los  puntos  en  que  la 
he  observado  unos  respaldos  tan  claros  y  uniformes  como  la  de  Guanajuato;  no 
se  ve  aquella  capa  de  arcilla  contuosa  y  mas  ó  menos  gruesa  que  media  entre  la 
veta  y  la  roca,  conocida  por  el  minero  guanajuateño  con  el  nombre  de  Cuarache, 
y  que  en  alemán  se  llama  Besteg:  aquí  la  roca  en  contacto  ha  sufrido  solo  una 
descomposición  por  cuyo  medio  las  sustancias  de  la  veta  han  penetrado  mas  ó 
menos  en  ella. 

En  el  labrado  de  S.  Buenaventura  que  está  en  la  comunicación  de  la  mina 
de  Gajuelos  y  Cajoncillo  en  la  negociación  de  Vetagrande,  la  penetración  de  las 
sustancias  metálicas  abundantes  en  aquel  punto,  fué  de  bastante  consideración: 
se  comieron  la  veta  y  toda  la  parte  de  la  roca  del  alto  penetrada  de  metales;  pe- 
ro sin  las  correspondientes  precauciones,  y  se  hundió  el  alto  hasta  juntarse  con 
el   bajo. 

El  labrado  de  Plateros,  que  también  fué  un  término  muy  rico,  ofrece  por  esta 
razón  un  gran  hueco  que  sirve  de  camino  para  la  mina  de  Cajoncillos;  pero  estas 
relaciones  de  las  vetas  con  el  interior  de  las  montañas  en  que  se  hallan,  no  pue- 
de deducirse  de  solo  unos  cuantos  hechos  aislados  que  se  han  observado  en  una 
ó  dos  minas  antiguas:  es  necesario  estudiar  el  mayor  número  de  puntos  de  una 
veta  y  compararlos  entre  sí,  para  poder  deducir  consecuencias  que  conducen  á  in- 
ferir la  antigüedad  relativa  de  la  veta  y  de  la  montaña  que  la  contiene;  y  esto  sue- 
le ser  muy  difícil,  porque  los  ademes,  los  atierres,  los  escombros  depositados  en 
otros  labrados  y  la  continuación  de  los  trabajos,  generalmente  oculta  é  impide 
entrar  á  examinar  aquellos  puntos  que  uno  necesita  ver.  No  son  de  gran  conside- 
ración las  aguas  que  corren  por  el  interior  de  esta  veta,  ni  tan  abundantes  sus 
veneros  que  no  se  arrastren  fácilmente;  y  esta  es  una  de  las  circunstancias  mas 
apreciables,  porque  el  agua  es  el  mayor  enemigo  que  tiene  el  minero.  D.  Juan 
Antonio  Perón,  informando  á  la  Diputación  de  minería  de  Zacatecas  sobre  el  es- 
tado general  de  las  minas  el  año  de  91  dice,  hablando  de  Vetagrande:  ,,Las  aguas 
..son  tan  dóciles,  que  con  los  dos  malacates  de  Gajuelos  se  han  mantenido  en  se- 
.,co  todas  las  demás  pertenencias." 

Aun  ahora  que  los  trabajos  tienen  mucha  mas  extensión  que  entonces  y  es- 


(1)     Anales  de  Sciences  naturclles,  tome  huitieme.  París  1826. 


19 

tan  avanzados  á  mayor  profundidad,  bastan  dos  malacates  en  el  tiro  general  para 
tener  arrastradas  las  aguas  (1).  Es  cierto  que  en  tiempo  de  lluvias  se  aumentan 
como  es  natural,  pero  á  esto  contribuye  mucho  el  sistema  de  trabajar  las  vetas  á 
tajo  abierto:  los  derrames  de  las  montañas,  esto  es,  las  aguas  que  llevan  las  cana- 
das  y  barrancas  pasando  por  estos  zanjones  se  apozan  en  ellos  y  se  filtran  por  la 
veta  hasta  los  labrados;  y  aunque  cuando  se  formaliza  una  negociación,  estos  fo- 
sos ó  zanjones  se  llenan  de  escombros  ó  atierres,  dejando  en  ellos  solo  las  bocas 
necesarias,  no  bastan  tampoco  estas  precauciones,  porque  los  escombros  y  piedras 
sueltas  siempre  dejan  pasar  á  la  veta  mucha  agua,  y  á  veces  no  pueden  hacerse 
canales  por  las  grandes  dimensiones  y  gastos  que  demandan;  á  pesar  de  todo  es- 
to, en  la  porción  de  veta  comprendida  en  las  pertenencias  de  la  negociación  de 
Vetagrande,  basta  otro  malacate,  ó  cuando  mas  otros  dos,  según  que  el  año  es 
mas  ó  menos  abundante  para  sujetar  las  aguas  en  tiempo  de  lluvias,  de  manera 
que  no  impiden  los  trabajos  interiores.  La  veta  de  S.  Bernabé,  situada  en  el  ter- 
reno que  media  entre  la  ciudad  de  Vetagrande  (véase  el  plan  geognóstico),  es  el 
primer  criadero  descubierto  por  los  conquistadores  de  aquel  pais:  su  rumbo  es 
hacia  E.  N.,  el  de  su  echado  al  S.,  y  recorre  un  grande  espacio  atravesando  sua- 
ves montañas  de  pizarra.  Los  primeros  pobladores  la  trabajaron  con  utilidad,  y 
por  muchos  años  ella  sola  produjo  grandes  cantidades  de  plata:  está  reconocida 
en  muchos  puntos,  esto  es,  se  han  abierto  en  ella  varias  minas,  de  las  cuales  al- 
gunas han  producido  bonanzas  mas  ó  menos  cuantiosas;  pero  los  puntos  en  que 
principalmente  ha  sido  mas  productiva  son  aquellos  en  que  están  las  negociacio- 
nes de  S.  Bernabé,  Rondanera,  Malanoche,  Guadalupe  y  Peregrina.  Por  los  años 
de  35  y  36  eran  dueños  de  Rondanera  y  Guadalupe  D.  Gregorio  Zumialde  y  D. 
Juan  de  Dios  de  la  Campa;  y  á  pesar  de  que  el  desagüe  y  laborío  de  estas  perte- 
nencias les  era  sumamente  costoso,  la  mina  no  obstante  produjo  gruesas  sumas: 
compraron  en  noventa  mil  pesos  un  tiro  general  que  habia  dado  fuera  de  perte- 
nencias D.  Julián  Elorza,  porque  por  este  podia  verificarse  el  desagüe  con  mas 
facilidad.  Después  por  el  año  de  49  se  formó  una  compañía  que  bajo  la  direc- 
ción de  D.  Ignacio  Arrieta  volvió  á  emprender  el  laborío  de  Rondanera,  abando- 
nado por  sus  anteriores  dueños,  y  en  una  semana  de  trabajo  sacaron  mas  de  seis- 
cientos mil  pesos  de  sola  una  labor  nombrada  el  Chahuistle.  El  cura  D.  Rafael 
de  las  Piedras  en  el  año  de  84  solo  de  este  punto  sacó  mas  de  trescientos  mil  pe- 
sos, y  D.  Antonio  Tiagos  mas  de  seiscientos  mil  de  la  pertenencia  nombrada  Pe- 
regrina (2).     En  diversas  épocas  ha  dado  Rondanera  cuatro  bonanzas,  y  en  la 

última  dejó  libres  180,000  pesos. 



(1)  Sin  embargo,  parece  que  las  aguas  abundaron  mas  en  los  años  de  29  hasta  32  sobre  la  Veta- 
grande,  á  razón  que  los  ocho  malacates  nuevamente  construidos  sobre  el  tiro  general  por  el  desagüe 
tenían  bastante  que  hacer  para  arrastrar  el  plan  del  tiro,  y  en  el  mismo  tiempo  necesitaban  ¡-obre  ¡a 
mina  de  la  Gallega  tres  malacates  para  el   mismo  fin. 

(2)  Informe  manuscrito  de  D.   Juan   Antonio  Perón  á  la  Diputaron  de  Minería,  sobre  el  estado 
el  M  incral  el  año  de  1791. 


20 

Esta  veta  consta  de  un  cuerpo  principal  en  varios  hilos  acompañados  al  alto 
y  al  b.ijo,  que  según  se  reúnen  ó  se  separan  hacen  vaxiar  sus  potencias  desde  seis 
á  ocho  varas,  hasta  doce  ó  diez  y  seis,  y  en  todo  su  curso  casi  conserva  su  rum- 
bo y  echado.  Estos  hilos  suelen  adquirir  grandes  dimuisiones  y  formalizarse  en 
verdaderos  cuerpos  muy  productivos:  uno  de  ellos  hacia  el  alto  se  alcanzó  en 
cruceros  dados  desde  el  cuerpo  principal  ya  disfrutado,  todos  los  cortaron  en 
buenos  metales,  y  produjo  la  última  bonanza  de  que  hemos  hablado  antes.  Su 
masa  consta  principalmente  de  cuarzo  y  piedra  córnea,  aunque  también  contiene 
espato  calizo  y  bruno  espato:  sus  metales  son  plata  sulfúrea,  agria,  rosicler  y  na- 
tiva; mucha  pirita  sulfúrea  en  masas  y  en  grandes  cristales  trigrifos  y  dodecae- 
dros pentágonos  muy  bien  pronunciados:  galena  de  todos  granos,  blende  negra  y 
cobre  amarillo.  Los  intermedios  entre  el  cuerpo  principal  y  los  hilos  comun- 
mente están  penetrados  de  las  sustancias  de  la  veta,  que  su  laborío  se  hace  cos- 
teable,  y  á  veces  en  algún  punto  es  mas  productivo  que  el  de  la  misma  veta:  en- 
tonces se  observa  que  la  misma  masa  principal  es  una  especie  de  roca  verde  mas 
ó  menos  endurecida,  muy  penetrada  de  vetillas  de  espato  calizo,  de  pirita  sulfú- 
rea y  de  los  demás  metales  de  plata. 

La  Compañía  unida  que  ha  contratado  las  principales  minas  de  la  veta,  acti- 
va con  el  mayor  empeño  la  habilitación  de  tiros,  malacates  y  demás  necesarios 
para  verificar  el  desagüe  de  ellas  y  de  su  laborío. 

Otro  de  los  principales  criaderos,  y  quiza  el  mas  uniforme  de  todos,  es  la 
veta  Cantera.  Su  dirección  es  de  N.  63.°  W  y  sus  echados  al  S.  con  inclinación 
de  33.°  á  37.°:  pasa  por  el  cerro  de  la  Bufa,  en  cuya  cima  asoman  á  la  superficie 
sus  grandes  y  altos  crestones,  requebrados  de  varios  modos  afectando  castiilos 
y  ruinas  de  edificios,  de  manera  que  le  dan  la  vista  mas  pintoresca.  (Véase  la 
vista  de  Zacatecas  con  la  Bufa  en  fondo.)  Desde  esta  montaña  porfidosa  varía 
el  rumbo,  se  carga  al  Sur,  y  con  el  nombre  de  Veta  del  Muerto,v\ene  á  pasar  por 
el  extremo  Norte  de  la  ciudad  (Véase  el  bosquejo  geognóstico.):  toma  la  falda  del 
cerro  del  Grillo,  y  sigue  asociada  con  la  veta  de  Quebradilla.  Cuando  se  observan 
las  rocas  que  atraviesan  sus  crestones  en  las  cercanías  de  la  mina  de  la  Cantera, 
so  nota  que  descansa  sobre  pizarra  y  que  está  cubierta  por  una  vacía  de  gruesos 
fragmentos  ó  por  el  conglomerado  ronizo;  de  manera  que  al  parecer  limita  las 
formaciones  de  transición,  y  las  rocas  secundarias  mas  antiguas:  de  aquí  nace  na- 
turalmente la  idea  de  considerarla  como  un  manto  mas  bien  que  como  una  veta;  pe- 
ro seria  necesario  repetir  cuidadosamente  estas  observaciones  en  el  interior  de 
varias  minas  para  asegurarse  de  tan  extraña  disposición,  y  al  mismo  tiempo  seria 
sumamente  interesante  el  conocer  las  modalidades  y  relaciones  de  un  criadero 
metálico,  que  no  solo  separa  dos  rocas,  sino  también  dos  sistemas  de  rocas,  cu- 
ya formación  pertenece  á  épocas  diversas.  Su  masa  principal  es  un  cuarzo  co- 
munmente lechoso  ó  gris,  y  suele  acompañarse  con  espato  calizo.  Sus  metales 
es  plata  sulfúrea,  agria  y  nativa:  galena  de  grano  fino  y  pirita  sulfúrea  en  peque- 
ños cubos  y  aun  cobre  amarillo  en  masas;  esta  sencilla  composición  hace  que 


21 
los  frutos   de  la  veía  Cantera  sean  muy  dóciles  para  su  beneficio,  como  dicen  los 
mineros,  ó  se  prestan  á  la  reacción  de  los  reactivos  que  se  emplean  en  la  amal- 
gamación (1). 

Los  metales  forman  cintas  y  venas,  y  están  muy  diseminados  en  todo  el 
grueso  del  cuerpo  de  la  veta,  que  casi  constantemente  tiene  de  doce  á  catorce 
varas  de  potencia:  de  aquí  procede  que  sus  frutos  ordinarios  sean  muy  abundan- 
tes, pero  de  cortas  leyes,  como  de  cuatro  á  cinco  marcos  por  montón;  mas  cuan- 
do se  acumulan  y  reúnen,  esto  es,  cuando  se  concentran  en  poca  matriz,  enton- 
ces suben  macho  de  ley:  la  uniformidad  en  la  distribución  de  los  m  átales  en  el 
cuerpo  de  la  veta  hace  que  sea  muy  constante  en  sus  leyes,  y  en  la  abundante 
producción  de  frutos  ordinarios. 

Parece  que  el  primer  dueño  de  la  mina  Cantera  fué  D.  Pedro  José  Bernar- 
des,  y  que  con  la  bonanza  que  sacó  de  ella  fundó  el  título  de  Conde  de  Santiago 
de  la  Laguna:  entonces  fabricó  en  Zacatecas  una  gran  casa,  compró  varias  fin- 
cas de  campo  muy  valiosas,  y  casi  á  sus  expensas  se  construyó  el  colegio  de 
Nuestra  Señora  de  Guadalupe,  obra  que  atrae  la  atención  por  su  solidez,  exten- 
sión y  cómoda  distribución,  mas  bien  que  por  el  buen  gusto  de  su  arquitectura. 
Posteriormente,  esto  es,  hace  cosa  de  cuarenta  años,  emprendió  los  trabajos  de 
esta  mina  D.  Mircelo  de  Ansa:  disfrutó  puntos  ricos  que  le  produjeron  conside- 
rables sumas  de  dinero  con  que  atendió  á  los  gastos  de  otras  negociaciones  de 
minas,  y  construyó  de  nuevo  á  todo  costo  la  famosa  hacienda  de  beneficio  por 
patio  llamada  de  Barnardes,  la  cual  á  pesar  de  tener  sesenta  y  cuatro  tahonas  ó 
arrastres  y  seis  molinos,  no  daba  abasto  á  beneficiar  los  ñutos  que  producía  la 
mina;  porque  como  hemos  dicho,  un  corto  número  de  herramienta  produce  en 
esta  veta  mas  frutos  que  en  otras. 

Hemos  indicado  hablando  de  las  variaciones  que  experimenta  esta  veta  en 
su  rumbo,  que  al  pasar  por  la  falda  del  cerro  del  Grillo,  se  asocia  á  la  veta  de 
Quebradrilla  y  continúan  juntas;  pero  este  hecho  exige  mas  explicación. 

Desaguada  la  mina  de  Quebradilla  del  océano  que  la  inundaba,  no  se  en- 
contraron en  sus  planes  puntos  cuyos  frutos  pudiesen  desquitar  los  enormes  gas- 
tos erogados  hasta  entonces.  La  mina  presentaba  un  aspecto  poco  lisongero,  v 
comenzaron  su  laborío  emprendiendo  obras  de  indagación  en  varias  direcciones. 
La  que  se  llevaba  á  hilo  de  veta  con  dirección  al  cerro  del  Grillo,  comenzó  á  dar 
á  poco  indicios  y  á  mejonr  sus  frutos  conforme  se  adelantaba;  así  siguió  por 
algún  tiempo,  hasta  que  se  llegó  á  un  término  de  verdadera  bonanza,  y  entonces 
se  advirtió  que  la  veta  no  solo  habia  variado  de  rumbo,  sino  también  que  habia 
cambiado  de  echado,  y  que  su  potencia  se  habia  aumentado  considerablemente; 
pero  examinando  con  atención  este  fenómeno,  resultó  de  las  medidas  practicadas, 
que  la  veta  Quebradilla  dirigiéndose  de  S.  E.  á  N.  W.  á  cortar  en  aspa  á  la  veta  del 


(1)  Los  frutos  sacados  en  los  años  de  30  á  32  de  Ja  mina  de  la  Cantera,  necesitaban  una  rever- 
beración muy  fuerte  para  el  beneficio  del  Patio,  y  los  metales  de  fundición  estaban  muy  contrarios 
i  beneficio  por  la  mezcla  de  blenda  negra. 

8 


22 
Muerto,  se  habla  unido  á  ella,  y  en  vez  de   atravesarla  se  había  asociado  al  bajo 
siguiendo  el  mismo  rumbo  y  echado  de  aquella  que  es  la  de  mas  potencia:  fi- 
nalmente, que  desde  que  los  trabajos  llegaron  al  punto  de  concurso  de  las  dos  ve- 
tas, se  hablan  alcanzado  los  frutos  mas  ricos  y  abundantes. 

Estos  resultados  que  se  dirigen  á  extender  nuestros  conocimientos  sobre  las 
relaciones  que  observan  las  vetas  entre  sí,  á  corroborar  los  hechos  análogos  que  se 
han  observado  en  otras  partes,  y  á  perfeccionar  la  teoría  de  las  vetas  que  debe  ser 
siempre  la  guia  del  minero,  se  presentan  tí  n  aislados  y  tan  desnudos  de  aquellas  ob- 
servaciones accesorias  que  debían  acompañarlos  para  que  fuesen  verdaderamen- 
te instructivos,  que  casi  no  se  puede  sacar  provecho  de  sus  exposiciones.  ¿Se 
observó  acaso  si  las  masas  de  estas  dos  vetas  asociadas  se  hallaban  separadas 
por  una  hendedura  ó  por  una  capa  mas  ó  menos  gruesa  de  alguna  sustancia  par- 
ticular que  indicase-  distinción  entre  ellas,  ó  estaban  tan  incorporadas  que  no  se 
podia  distinguir  una  de  otra?  ¿Las  matrices  y  metales  de  ambos  criaderos  eran 
los  mismos,  ó  se  notaba  alguna  diferencia  en  el  número  ó  proporción  de  sus  sus- 
tancias componentes?  ¿Después  de  haber  corrido  asociadas  algún  trecho  mas  6 
menos  largo,  la  veta  de  Quebradilla  no  cortó  por  fin  la  del  Muerto,  recuperando  su 
antiguo  rumbo  y  echado,  como  suele  suceder?.  . . .  Pero  no  sabemos  la  solución 
de  estas  cuestiones,  ni  de  otras  varias  análogas  que  convenia  haberse  hecho:  pocas 
veces  se  presentan  fenómenos  de  esta  naturaleza  en  tales  circunstancias,  que  sin 
erogar  gastos  pueden  estudiarse  y  conocerse  todas  sus  modalidades,  como  en 
el  caso  de  que  hablamos;  y  es  muy  sensible  dejar  pasar  estas  ocasiones  en  que 
se  podia  haber  dado  un  paso  hacia  adelante  á  la  doctrina  de  las  vetas,  ilustrándo- 
la con  los  muchos  casos  singulares  que  se  presentan  en  las  minas  de  la  República. 

Ya  que  la  discripcion  de  la  veta  Cantera  nos  ha  conducido  á  hablar  de  la 
de  Quebradilla,  indicaremos  brevemente  Jo  que  sabemos  de  esta  célebre  mina, 
cuya  extensión,  activo  laborío  y  productos  de  su  última  época,  obligaron,  y  con 
razón,  á  considerarla  como  la  Valenciana  de  Zacatecas. — Por  los  anos  de  37  se 
formó  una  compañía  que  emprendió  su  laborío:  erogó  excesivos  gastos  en  su  des- 
agüe, pero  al  fin  sacó  una  utilidad  de  mas  de  260.000  pesos.  Después  hacia  el 
año  de  75  los  Bordas  y  Ansas  tomaron  á  su  cargo  esta  negociación,  vencieron 
las  aguas  á  toda  costa,  y  por  último  les  produjo  como  2.000.000  de  pesos.  Muy 
posteriormente  D.  Fermín  Apezechea  se  dedicó  á  trabajar  con  el  mayor  empeño 
dicha  mina,  la  habilitó  de  todo  lo  necesario,  y  obtuvo  el  año  de  9  la  gracia  de 
medios  derechos:  emprendió  el  desagüe  con  catorce  ó  diez  y  seis  malacates  muy 
bien  servidos  en  los  cinco  tiros  que  tienen;  pero  las  aguas  habiendo  bajado  hasta 
cierto  punto,  se  quedaron  estacionadas:  no  parecia  sino  que  el  efecto  de  las  má- 
quinas da  desagüe  solo  era  igual  á  los  productos  del  venero;  permanecieron  así 
por  algún  tiempo  hasta  que  comenzaron  á  dar  señales  de  diminución.  Efectiva- 
mente, desde  la  primera  pulgada  que  bajaron  fueron  diariamente  achicando  mas 
y  mas  hasta  quedar  la  mina  desaguada:  se  habían  gastado  mas  de  400.000  pesos 
ún  haber  visto  una  piedra.  Sus  labores  no  se  encontraron  tan  buenas  como  se 


23 

esperaban;  pero  mediante  las  obras  de  indagación  que  se  emprendieron,  se  alcan- 
zaron puntos  muy  ricos,  como  hemos  dicho  antes,  que  produjeron  considerables 
utilidades.  Para  dar  una  idea  de  la  extensión  que  tomaron  los  trabajos  de  esta 
mina,  bastará  indicar  que  diariamente  se  ocupaban  en  ella  dos  mil  quinientas 
cincuenta  personas  distribuidas  en  los  varios  destinos  del  interior  y  exterior  del 
modo  siguiente. 

ENPLE\DOS  EN  EL  INTERIOR. 

^ 

Mandones 45. ~| 

Barreteros  y  peones 1'17"  UnTAT           i  a  mí 

Atecas  y  manteros 108.  flulAL< 1,41D* 

Paleros  y  ayudantes 90. 


EMPLEADOS  EN  EL  EXTERIOR. 


Administrador,  mandones  y  escribientes.. .  32. 

En  los   malacates 144. 

En  los   corrales :  . . . .  55. 

El  las  fraguas 95. 

Carpinteros 7. 

Quebradores 645. 

Patio    de  desecho 127. 

Albañiles 30.  j 


y 


.1.135. 


Habia  ademas  ochocientos  caballos  para  el  movimiento  de  las  máquinas, 
que  consumían  anualmente  diez  y  ocho  mil  fanegas  de  maíz  y  ochenta  mil  arrobas 
de  paja,  y  la  mina  producía  semanariamente  de  seis  mil  quinientas  á  siete  mil  car- 
gas de  frutos  con  una  memoria  de  gastos  de  18  á  20.000  pesos. 


u 

SECCIÓN  QUINTA. 


NUMERO    DE    VETAS,    MINAS    PRINCIPALES,    HACIENDAS    DE     Í3ENEFICIO     QUE    HAV    EN    LA    SERRANÍA 

DE     ZACATECAS. 


LAY  ademas  de  Quebradilla  y  de  las  vetas  principales  que  hemos  descrito 
untes,  otras  varias  vetas  y  minas  situadas  en  distintos  puntos  del  distrito,  cuya 
descripción  podría  ser  interesante,  así  por  las  bonanzas  que  han  producido  las 
unas,  como  por  las  riquezas  que  podrían  dar  todas  si  se  les  aplicase  el  corres- 
pondiente fondo  para  que  su  laborío  tomase  toda  la  extensión  de  que  podia  ser 
susceptible;  pero  nos  reduciremos  á  presentar  sola  una  lista  de  sus  nombres  con 
el  número  de  malacates  que  tienen  y  que  tenian,  y  sus  profundidades  aproxima- 
tivas,  según  las  comunicaciones  recibidas  de  empleados  y  operarios,  para  no  tras- 
pasar los  límites  que  nos  hemos  propuesto. 

Medidas  del  año  de  1825. — La  Diputación  de  Zacatecas  se  ocupó  en  hacer 
un  padrón,  digamos  así,  ó  una  enumeración  de  las  minas  y  haciendas,  ó  ingenios 
de  beneficio  que  hay  en  todo  el  distrito,  incluyendo  á  Vetagrande,  Panuco  y 
Guadalupe;  pero  es  casi  imposible  fijar  con  exactitud  todas  los  bocas  abiertas  en 
a  multitud  de  vetas  que  atraviesan  aquellas  montañas,  de  muchas  de  las  cuales 
aterradas  se  ha  perdido  su  nombre,  el  de  sus  dueños  y  la  época  en  que  se  abrie- 
ron. Hay  también  otras  de  quienes  existe  solo  la  boca,  pero  no  se  sabe  cómo  se 
llaman,  ni  á  quiénes  pertenecen:  seguramente  si  se' cuentan  por  minas  todas  las 
bocas,  tajos  y  escarbaderos  que  se  encuentran  en  estas  serranías,  pasa  su  núme- 
ro de  cuatro  mil;  pero  pulsando  las  dificultades  que  presenta  una  enumeración 
exacta,  solo  se  comprendieron  en  los  estados  aquellas  minas  que  habian  llega- 
do al  rango  de  negociaciones,  por  el  empeño  y  esfuerzos  con  que  en  diversos 
tiempos  se  habian  trabajado  y  por  los  buenos  frutos  que  produjeron,  las  cuales 
ascienden  al  número  de  doscientas  treinta  y  ocho. 


25 


1 

ESTADO  que  manifiesta  las  vetas,  minas  y 
sus  malacates  en  corriente  y  paradas,  y  las 
tiros  en  el  año  de  1832. 

tiros  principales,  con 
profundidades  de  los 

\ 

NOMBRES 

NÚMERO 

DE    MALACATES. 

PROFUNDIDAD 

DE    LOS    TIROS. 

DE    LAS    VETAS. 

DE  LAS    MINAS  Y   TIROS. 

En  corrien- 
te. 

Paradas. 

Perpendicu. 
lar  en  varas. 

Sobre  la  ve. 
ta  en  varas. 

Tres  vetas  separadas 
al  Norte  del  pueblo  de 
Panuco. 

Veta  de  los  Tajos  de 
Panuco. 

Del  descubrimiento.... 

De    Tecolotes. 

De  San  Gonzalo. 

De  ¡Santa  Rita .  . . 

Vetagrande. 

Mina  de  Cata  de  Juanes 

2.. 

........ 

...200. . 

....80.. 

2 

60.. 

. . . .80. , 
80.. 

o 

90.. 

...110.. 
70. . ] 

....70.. 

•  2 

.198 

...190.. 

5 

1 

. 

, 

J 

27 


r 

NOMBRES 

NÚMERO 

PROFLN 

DE    LOS 

71 

DIDAD 

DE    LAS    VETAS. 

DE    LAS   MINAS  Y  TIROS. 

DE    MALACATES. 

TIROS.         f 

En  corrien- 
te. 

Paradas. 

?erpendicu- 
ar  en  varas. 

Sobre  la  ve- 1 
ta  en  varas.  I 

De  S.  Martin. 

....70..  I 

,,     de  San  Juan  Nepomuceno.. 

62.. 

. .   126.. 

Del  Magistral. 

....78.. 

De  la  Cantera. 

,,     Nuestra  Sra.  de  Guadalupe. 

De  la  Quebradilla. 

..    166.. 

94.. 

....72.. 
..    129.. 

De  la  Meca. 

De  las  Mesleñas  y  ve- 
ta de  la  Escondida. 

Tiro  de  la   Escondida -.. 

•    ••••••• 

4.. 

. . ..62. . 

48.. 

o 

Cerro  de  Mesteñas. 

' 

íJ 


Aunque  el  presente  estado  manifiesta  trescientas  quince  minas,  no  se  pue- 
den contar  mas  que  doscientas  treinta  y  ocho  de  alguna  consideración,  y  de  es- 
tas se  reconocen  en  el  dia  no  mas  que  ciento  cincuenta  y  cuatro  principales,  de 
las  que  se  trabajan  veinte  y  tres.  Estas  minas  tenian  en  todo  ciento  setenta  y 
tres  malacates,  de  que  solamente  cuarenta  y  nueve  están   en  corriente. 

Generalmente  la  falta  de  capitales  obliga  á  abandonar  muchos  trabajos  que 


28 
con  mas  fondo  serian  muy  productivos,  porque  es  muy  raro  encontrar  desde  los 
primeros  trabajos  que  se  emprenden  sobre  una  veta  términos  bonancibles:  todos 
los  giros  exigen  para  su  curso  un  capital  mayor  ó  menor,  una  constancia  sos- 
tenida y  un  fondo  de  conocimientos  adecuados  y  proporcionados  á  la  naturale- 
za de  su  objeto;  y  en  este  mismo  caso  se  halla  el  giro  de  las  minas  que  realmen- 
te en  nada  se  distingue  de  los  demás.  Querer  sin  estos  precisos  y  urgentes  an- 
tecedentes sacar  de  él  todos  los  provechos  que  pueden  dar,  es  querer  imposibles 
que  traen  por  consecuencia  necesaria  la  ruina  de  los  empresarios.  La  crónica 
de  la  Minería  nos  repite  en  cada  página  el  ejemplo  lastimoso  de  aquellos  capita- 
listas cortos,  que  careciendo  también  de  los  conocimientos  necesarios,  han  em- 
prendido en  diversas  épocas  la  labor  de  una  mina,  y  se  han  arruinado,  porque  sus 
débiles  esfuerzos  solo  han  servido  para  llevar  los  trabajos  hasta  un  cierto  punto 
mas  ó  menos  próximo  á  aquel  que  debia  reembolsarlos:  y  es,  que  seducidos  por 
la  ilusión  de  una  esperanza  exagerada  de  ganancia,  y  despreciando  todos  los  cri- 
terios á  los  que  una  larga  observación  ha  dado  gran  probabilidad  sobre  las  cir- 
cunstancias en  que  comienzan  á  hallarse  los  metales  en  la  veta  que  trabajan,  y 
armados  ademas  con  la  idea  de  que  en  el  interior  de  la  tierra  todo  es  desorden, 
obscuridad  y  confusión,  se  ocupan  únicamente  en  consumir  el  tiempo  y  sus  fon- 
dos, tentando  la  suerte  y  buscando  la  casualidad,  como  ellos  dicen,  de  encon- 
trar una  gran  bonanza,  y  alimentándose  con  la  triste  esperanza  de  que  la  natu- 
raleza, que  es  invariable  en  sus  leyes,  las  ha  de  alterar  á  su  gusto  en  aquel  caso. 
La  configuración  del  pais  no  facilita  dar  socavones  por  donde  las  aguas 
pudieran  salir  por  sí  solas,  y  verificarse  la  extracción  de  frutos  por  carros;  y  por 
esta  misma  razón  el  Supremo  Gobierno  del  Estado  ha  abandonado  el  gran  pro- 
yecto de  trazar  un  socavón  general  por  el  lado  del  Sur.  Según  las  medidas  ba- 
rométricas, los  planes  de  S.  Acacio  y  del  tiro  general  de  Vetagrande,  se  hallan 
en  el  nivel  del  rio  de  Machines  en  el  punto  en  que  lo  atraviesa  el  camino  que 
va  de  Zacatecas  á  Jerez:  hay  otro  punto  todavía  un  poco  mas  bajo  en  el  camino 
de  Zacatecas  á  Villanueva;  pero  tanto  el  uno  como  el  otro,  necesitará  un  socavón 
de  cerca  de  cinco  leguas  de  largo:  aunque  habilitaría  muchas  negociaciones,  se- 
ria también  sumamente  costosa  en  dinero  y  tiempo;  y  así  es  necesario  esperar  á 
que  la  población  del  pais  aumente  mas  estas  dos  operaciones  principales  del  la- 
borío de  minas  por  tiros  perpendiculares  ó  de  arrastre  mas  ó  menos  profundos,  y 
por  medio  de  malacates  movidos  con  caballos  (1). 

En  cuanto  á  las  haciendas  de  beneficio  que  están  todas  las  principales  y  eh 
corriente  marcadas  con  su  forma  exterior  en  el  adjunto  plan  geognóstico  de  la 
Serranía,  no  pasan  de  cuarenta  y  cuatro  su  menor  número,  y  su  situación  mas 
concentrada  hace  mas  fácil  y  exacta  su  enumeración,  la  de  sus  arrastres  ó  taho- 


(1)  Sobre  los  efectos  mecánicos  y  económicos  de  los  malacates  en  la  Serranía  de  Zacatecas, 
en  comparación  con  los  de  las  minas  en  el  Estado  de  Méjico  y  Valladolid,  se  tratará  en  la  sép. 
tima  sección  de  las  Riquezas  naturales  de  Zacatecas,  circunstanciadamente. 


29 

ñas,  morteros,  lavaderos  &c.  Entre  estos  establecimientos  de  amalgamación  hay 
algunos  de  mucha  importancia,  asi  por  su  extensión  como  por  su  buena  fábrica 
y  arreglada  distribución.  La  hacienda  de  la  Sauceda,  que  pertenece  á  la  nego- 
ciación de  Vetagrande,  es  sin  duda  una  de  las  haciendas  mas  grandes  de  la  Re- 
pública que  están  en  el  dia  en  corriente:  tiene  ochenta  y  ocho  tahonas,  ocho  mo- 
linos, dos  lavaderos,  diez  y  seis  hornos  de  magistral,  seis  hornos  para  fundir  me- 
tales y  dos  vasos  de  afinación:  su  fábrica  es  antigua,  pero  está  en  buen  estado 
de  servicio  (1).  La  de  Bernardes  modernamente  fabricada  toda  de  calicanto,  y 
con  el  buen  gusto  y  comodidad  que  exigen  estos  edificios,  tiene  sesenta  y  dos 
tahonas,  cinco  molinos,  un  lavadero,  diez  hornos  de  magistral,  dos  hornos  para 
fundir  y  un  vaso  de  afinación:  hoy  pertenece  á  la  Compañía  Unida.  La  de  Cin- 
co Señores  que  pertenece  á  la  misma  Compañía,  es  un  edificio  antiguo  que  for- 
maba la  mayor  hacienda  de  la  vecindad  de  Zacatecas:  tenia  ochenta  tahonas, 
siete  molinos,  dos  lavaderos  y  ocho  hornos  de  magistral:  ya  están  ocupados  de 
ponerla  bajo  el  buen  pié  que  estaba  antiguamente.  La  de  la  Plata  de  treinta  y 
seis  tahonas  y  otros  varios  menores,  pero  muy  bien  arregladas  como  la  de 
Buen-suceso  de  treinta  y  cinco  tahonas,  la  Florida  de  veinte  y  cuatro,  la  Gran- 
ja y  la  de  Begonia  de  diez  y  seis  tahonas.  El  siguiente  extracto  manifiesta  las 
que  están  actualmente  en  corriente,  las  que  están  paradas,  y  el  total  número  de 
morteros,  tahonas,  lavaderos  y  hornos  que  contienen. 


(1)     Véase  el  adjunto  plan  geométrico,  y  la  vista  tomada  del  Sur  Oriente  de  /a  hacienda  y  po-. 
blacion  de  la  Sauceda. 


10 


30 


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ESTADO   de  las  haciendas  de  beneficio  en  el 

-— =¡1 

año  de  1832. 

ÍOMBRK 

DE  LOS  ARROYOS 

DONDE          ESTÁN 

SITUADAS. 

ffOUBRE 

DE    LAS      HACIENDAS. 

EN    CORRIENTE. 

PARADAS    V  EN  PARTE 
DEMOLIDAS. 

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Arroyo  de  Pá- J 

De  la  Carroza.  \ 
De  la  Sauceda.  < 

De  la  Chica.  .  -j 

De  los  Leones. -s 

De  la  hacienda  í 
de     plata      de-j 

De  Infantes.  .  p 
Agua  Salada. 

De  Zacateca.0."^ 

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De    Guadalu-J 

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De    la    Sacra  C 

'..  Familia ¿ 

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1. 

35. 
10. 

1. 
1. 

6. 

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16. 

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De  Valdc*-.. 

1. 

2. 

De  San  Tadeo. 

De  Guadalupita 

1. 

8. 

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1. 

2. 

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1. 
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4. 

2. 

... 

... 

1. 

De  Plata 

3. 

36. 

4, 

1. 

1. 

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1. 

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1. 

2. 

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2 

i. 

•  •  • 

•  •  • 

1. 

T)c  San  Juan  Nepomuceno 

2. 

26. 

1. 

4. 

... 

... 

1. 

1. 
1. 

1. 
14. 

12. 
1. 

1. 
3. 

2. 

o 

1. 

2. 
1. 
2. 

•28. 
12. 
24. 

1. 
1- 

1- 

(i. 
o 

... 

... 

1. 

16 

1. 

3. 

•  •  • 

1. 
2. 

10. 
16. 

1. 

1 

4. 
6. 

1. 

1 

1. 
ll 

12. 

1. 

2. 

.4. 

6. 

1. 

5. 

40. 

12. 
62. 

492. 

1. 
1. 

2. 
10 

4. 

33. 

3. 
14. 

Total 

1              44 

'L 

32. 

94. 

194. 

23. 

4b. 

31 


Se<*un  el  estado,  hay  existentes  en  la  Serranía  de  Zacatecas  veinte  y  dos 
haciendas  en  corriente  y  veinte  y  dos  paradas,  total  cuarenta  y  cuatro;   y  tienen: 

En  las  corrientes.      En  las  paradas.  Total. 


Molinos  6  morteros 40 

Arrastras  ó  tahonas 492 

Lavaderos 32 

Hornos  de  magistral 94 

ídem  para  fundir 33 

Ídem  para  afinar 14 


14 

54. 

194 

23 

686. 
....     55. 

46 

140. 

14 

47. 

6 

20. 

SECCIÓN  SEXTA. 


PRODUCTOS     DE    LA    MINERÍA    HASTA    EL    AÑO    DE    1833. SUSTANCIAS    MINERALES    QUE    CONTIENEN 

LA    PLATA. LEV    MEDL.V    DE    LOS    FRUTOS. DIVISIÓN    DE    LOS    FRUTOS  EN     CLASES. PROPORCIÓN 

ENTRE    LOS    PRODUCTOS    DE    LA   AMALGAMACIÓN    Y    FUNDICIÓN. 


Nt 


o  tenemos  datos  por  donde  saber  los  productos  anuales  de  la  Minería  hacia 
el  principio  de  su  descubrimiento,  y  solo  existe  una  certificación  de  los  oficiales 
de  las  extinguidas  cajas  reales  en  que  consta  el  número  de  plata  de  toda  ley  pre- 
sentada por  los  mineros,  y  el  de  quintales  de  azogue  consumidos  en  el  beneficio 
durante  las  dos  épocas  que  manifiesta  el  extracto  siguiente  (1). 


fr- 


Marcos. 

Primera  época  desde  el  11  de  junio  de  1548 
en  que  comenzó  el  laborío  de  las   u.inas  has- 
ta el    16  dt  septiembre  de  1S10  en  que  co- 
menzó   la   revolución.  De  completo  pago  de 

65. 
•  • .  • 

510. 

732. 
93. 

981. 
317. 

267. 

546. 
670. 

453. 

937., 

De  pago    <ie  medios  derechos   concedido? 
á  D    Jo?é  Borda,    en   real   orden  de  12   de 
marzo  de   1768,  y   á  D.  Fermín  Apecechea 
y  Compañía,  en  acuerdo  de  la  juma  de  real 
hacienda  de  í  de    enero  de  1809,  ambas  gra- 
cias por  trabajar  la  mina  de  Quebradilla. . . 

Libre  de  derechos  concedidos  á  Borda  en 

Libre  de  derechos  á   los  accionistas   de 
Vetagrande  por  gracia   de  24    de  diciembre 

A  la  vuelta.... 

67. 

2     *=      ? 


w 

- 
-sí 

J3_ 

a» 

1 

■- 

3. 

3. 

3. 

9. 

0. 

0. 

0. 

0. 

7. 

0. 

Pesos. 


583.041.956.    3 


588.  041., 956.1   3. 


4. 


(l)  Certificación  manuscrita  de  los  oficiales  reales  de  Zacatecas.  Correo  político, económico  y 
literario  de  la  Sociedad  Patriótica  de  amigos  del  pais  de  Zacatecas,  del  jueves  26  de  Marzo  de  1825, 
número  6. 


32 


w- 


De  la  vuelta. . . .  < 
Segunda  época  desde    17  de  septiembre 
de  1810  hasta  1."  de  junio  de  1818. . . . 

De  completo  pago  de  derechos 

De  medios  derechos 

Total 


Marca 

6 
i. 

e 
u 

T. 

6? 

67. 

317. 

937. 

' 

1. 

469. 

163. 

6. 

i. 

4. 

> 

69. 

827. 
614. 

308. 

6. 

7. 

7- 

1409- 

6. 

u 

11. 

1 

5S8. 
20. 


Pesos. 

ÓTi- 
060. 


956. 
363. 


608.  102.319. 


2 

5 

= 
4. 

0. 


4.1    2. 


Durante  las  dos  épocas  citadas  se  consumieron  en  el  beneficio  y  extracción 
de  la  plata  426685  quintales  33  libras  de  azogue,  en  estos  términos:  los  419268 
quintales  60  libras  en  la  primera,  y  los  7416  quintales  75  libras  en  la  segunda. 

Para  completar  esie  cuadro  que  manifiesta  los  productos  de  la  Minería, 
extendiéndolo  hasta  el  año  de  1833,  agregaremos  una  tercera  y  cuarta  época  que 
abrazan  catorce  años  siete  meses  desde  1.  °  de  junio  de  1818  hasta  el  último  de 
Diciembre  de  1832,  tomando  por  la  tercera  hasta  el  1.°  de  junio  de  1825  y  el 
resto  por  la  cuarta  época,  finando  de  los  libros  de  la  oficina  del  Ensaye  Nacional 
por  la  tercera  época  la  introducción  de  plata  en  barras,  y  por  la  cuarta  época  en 
marcos,  como  sigue. 


Años. 

TERCERA  ÉPOCA. 

i 

Barras. 

Marcos. 

> 
j 

Valor. 

. .1818.... 

.  ...1.421.... 

•  •  ■  i  rili,^'].),  ii.. 

17.912.475.  0.  0. 

i 
Valor. 

18!9 

....3.073.... 

1820.... 

323.460 

260.145    .... 

1821.... 

....1.927 

1822 

1823 

2  062 

....278.370 

1824.... 

....1.894.... 

....255  690 

694.. 

...      03  690 

Total.'.. 
Años. 

...15.510.... 
CUARTA  E 

..    2. .07. 350.... 
POCA. 

Barras. 

Marcos. 

30.028.540.  6.  f. 

1827.... 

....4*50.359  3.  0. 



....441.644  0.  3. 

1829. ... 

488.123  6.  4. 

....514.412  4.  7. 

508.604  3.  5. 

Total  ... 

..  3.5.12.769  4.  3. 

.  33 

Este  valor  está  reducido  regulando  cada  marco  á  8  pesos  4  reales,  porque 
on  los  números  de  la  tabla  anterior  entran  algunas  barras  de  fuego  que  hacen  ba- 
jar la  ley  de  los  de  patio. 

Uniendo  estas  cantidades  con  la  anterior  correspondiente  á  las  dos  primeras 
épocas,  tendremos  que  las  vetas  de  la  Serranía  de  Zacatecas  han  producido  en  un 
periodo  de  doscientos  ochpnta  y  cuatro  anos  la  enorme  cantidad  de  656.043.335 
pesos  2  |  reales,  ó  75.254.529,  marcos  del  modo  siguiente. 

De  1548  á  1810 588.041.956  ps.  2  f  ó  67.317.937  marc. 

De  1810  á  1818 20.060.363  „      ó     2.296.471  id. 

De  181S  á  1825 17.912.475  „      ó     2.107.350  id. 

Del825ál832 30.028.540  „      ó     3.532.769  id. 


656.043.335         2  i       75.254.527 


a 


Durante  estas  cuatro  épocas  el  producto  medio  anual  en  cada  uno  ha  sido: 

De  1548  á  1810 256.938  marc.  6  2.244.434  pesos. 

De  1810  á  1818 287.058  id.  ó  2.507.545  id. 

De  1818  á  1825 301.050  id.  ó  2.558.925. id. 

De  1825  á  1832 471.035  id.  ó  4.003.138  id. 

Éstos  últimos  resoltados  manifiestan  con  claridad  la  progresión  ascenden- 
te que  han  seguido  los  rendimientos  de  la  Minería  en  el  tiempo  á  que  se  refie- 
ren, y  dan  á  conocer  la  riqueza  y  abundancia  de  los  criaderos  metálicos  que  han 
producido   las  cantidades  de  plata  que  indican. 

El  año  común  de  la  última  época,  por  ejemplo,  expresa  un  producto  cinco  y 
medio  veces  mayor  que  el  de  todas  las  vetas  de  la  Hungiria  y  Transilvania  juntos, 
que  solo  dan  85.000  marcos  (1):  y  mas  de  los  que  daba  el  Potosí  en  sus  tiempos 
mas  felices,  que  fueron  desde  1579  á  1736,  en  los  que  produjo  en  año  común 
458148  marcos  (2). 

La  sola  negociación  de  Vetagrande  produjo  en  el  quinquenio  corrido  desdo 
1804  inclusive  á  1808  la  suma  de  917.508  marcos  de  plata,  y  de  1828  inclusive 
á  1832  la  suma  de  1.172.901,  que  corresponden  por  año  común  á  209.040  marcos, 

esto    es  veinte  veces  mas  que  la  mina  de . .   (Príncipe  del  cielo)   la  mas  rica 

en  su  tiempo  de  la  Serranía. 

Pero  estos  productos  no  son  el  r- sultado  de  diversas  labores  emprendid  as 
sobre  una  misma  veta  como  sucede  en  Guanajuato,  sino  de  muchas  vetas  distin- 
tas trabajadas  cada  una  en  varios  puntos,  y  esta  diferencia  quizá  ha  tenido  gran- 
de influencia  en  su  importancia;  porque  parece  mas  fácil  que  se  encuentren  pun- 


(1)     D,    Humboldt,  Cnsayo  político,  segunda  edición,  tomo  III  página  180. 
'2)     De  idem,  itieni,  idem,  página  178. 

11 


34 
toa  bonancibles  y  de  mas  duración  en  el  beneficio  de  varios  criaderos  diversos 
en  que  las  circunstancias  locales  lian  podido  modificarse  de  mas  modos  para 
producir  un  mismo  resultado,  que  en  una  sola  veta  en  que  generalmente  hay  mas 
orden  y  armonía   en  sus  partes. 

Tampoco  dependen  de  la  ley  de  oro  que  las  platas  contienen,  poique  el  oro 
es  muy  escaso  en  aquel  territorio,  y  mas  bien  se  encuentra  en  su  estado  de  pu- 
reza, aunque  en  pequeñas  cantidades,  en  las  minas  que  llaman  del  Orito,  cosa 
de  una  legua  al  S.  W.  de  la  ciudad,  y  en  la  minita  de  Oro,  una  legua  al  Norte  de 
Panuco  (l);  pero  poco  se  encuentra  ligado  con  la  plata,  como  se  haila  en  Rayas 
y  Valenciana  en  Guanajuato. 

Las  platas  de  patio  en  Zacatecas  son  muy  puras,  y  todas  llegan  á  la  supre- 
ma ley,  sin  necesidad  de  echar  azogue  en  los  arrastres  para  recoger  el  oro  que 
podrían  contener,  como  se  acostumbra  en  Guanajuato.  Los  minerales  que  han 
producido  esta  riqueza  son  la  plata  sulfúrea,  la  agria,  el  rosicler,  la  plata  na- 
tiva, las  piritas  sulfúreas  argentíferas  y  las  galenas  de  grano  f  no. 

Estas  sustancias  se  hallan  en  las  vetas  de  Zacatecas  mas  concentradas,  es- 
to es,  menos  diseminadas  en  la  materia  que  en  las  vetas  de  otros  distritos  mine- 
rales, ó  usando  el  lenguage  del  minero,  la  pinta  es  mas  gruesa  en  Zacatecas  que 
en  otras  partes:  de  aquí  proviene  que  en  los  patios  de  pepenadores  pueden  redu- 
cirse los  frutos  á  poco  volumen,  quitándoles  con  el  martillo  las  porciones  de  ma- 
triz desprovistas  de  metal:  en  esta  operación  se  pone  mucho  cuidado,  y  se  em- 
plean en  ella  solo  á  aquellos  hombres  que  tienen  mas  conocimiento  de  los  me- 
tales y  que  mejor  saben  practicar  esta  especie  de  concentración,  porque  ha  pa- 
sado   á  proverbio  entre  los  mineros  que  el  pepenador  da  la  ley  á  los  frutos. 

Para  conocer  el  contenido  medio,  ó  la  riqueza  media  de  los  metales  que  pro- 
ducen las  vetas  de  un  distrito,  era  necesario  tomar  estos  datos  en  todas  las  ha- 
ciendas de  amalgamación  y  fundición  que  se  emplean  en  beneficiarlos,  y  el  resul- 
tado seria  tanto  mas  exacto,  cuando  pudiera  referirse  á  mayor  número  de  años; 
pero  esto  es  impracticable  en  este  pais:  y  así  nos  serviremos  de  los  datos  toma- 
dos con  toda  exactitud  en  los  libros  de  gobierno  de  la  negociación  de  Vetagran- 
de,  relativos  á  la  hacienda  de  Patio  de  la  Sauceda,  los  cuales  manifiestan,  el  nú- 
mero de  montones  beneficiados  cada  año,  y  la  plata  que  produjeron  en  los  tiem- 
pos siguientes. 

AJÍOS  MONTONES    DE    A  PLATA  PRODÜCI-  CORRESPONDE    POR    MONTÓN. 

20  QUINTALES.  DA,     MARCOS. 

1804 12.878 136.836"| 

1805 26.080 299.944  1 

1806. . . .  20.540 193.533  y 9  marc-  7  onz- 13  adarm. 

1807....  14.271 102.999  | 

1808 18.142 184.232J 

91.9il 917.544 

(1)     De  la   última   mina  tenemos  uno  de   los    pedazos  mas  grandes  que  se  encontraron,  que  pess 

ijiento  diez  y  medio  granos  de  oro  puro. 


Bil 


1820. 
1821. 
1822. 
1823. 
1824. 


1825. 

1826., 

1827., 

1828. 

1829. 

1830. 

1831. 

1832. 


10.822 67.1231 

11.752 82.084) 

9.977 98.484  i- 

9.322 98.489| 

13.557 64.303  J 


6  marc.  5  onz.    2  adnrm. 


16. 

8. 


.2. 


,7. 


55.430 367.742 


15.1S8 65.778 

11.111 46.549 

10.817 60.188 

11.775 103.653 

12.456 104.339 

11.181 106.924 

10.672 97.758  j 

11.343 98.219  J 


7  marc.  2  onz.    2  adarm. 


15. 

7. 


.  1. 
.6. 


.9. 
.4  f 


94.543.  683.408. 

Según  estos  datos  el  contenido  medio  de  cada  montón  es  en  los  dos  prime- 
ros quinquenios  de  8  marcos  2  onzas  7  adarmes,  y  en  la  tercera  época  de  7  mar- 
cos 2  onzas  2  adarmes,  que  hacen  uno  con  otro  2  marcos  6  onzas  4  \ 
adarmes;  cuyo  número  expresa  con  bastante  exactitud  la  ley  media  de  los  fru- 
tos por  la  amalgamación  que  produce  la  negociación  de  Vetagrande  refiriéndose 
á  tres  épocas:  la  primera  de  prosperidad,  y  en  que  fué  bastante  productiva:  la  se- 
gunda, en  que  lo  habia  mucho  menos;  y  la  tercera,  reunida  de  una  época  de  que 
los  primeros  cuatro  años  estaban  bastante  pobres,  y  los  últimos  cuatro  años 
muy  productiva  por  la  bonanza  de  la  mina  de  la  Gallega.  Pero  ¿cómo  generali- 
zar estos  resultados  para  deducir  el  que  conviene  á  todos  los  frutos  de  Zacate- 
cas con  alguna  aproximación?  No  queda  mas  arbitrio  que  combinarlos  con  el  nú- 
mero de  marcos  de  plata  que  se  presentan  anualmente  en  la  Tesorería,  con  el 
número  de  arrastras  que  han  andado,  y  sobre  todo,  con  las  reflexiones  y  expe- 
riencia de  los  hombres  mas  instruidos  en  la  materia,  sobre  las  leyes  que  han  ob- 
servado beneficiando  frutos  de  otras  minas.  De  todo  resulta  que  introduciendo 
también  en  el  cálculo  las  platas  sacadas  por  la  fundición,  no  se  estará  lejos  de  la 
verdad  fijando  la  riqueza  media  de  los  metales  de  Zacatecas  entre  los  límites  de 
8  marcos  á  8  marcos  6  onzas  por  montón  de  20  quintales  (1),  ó  en  poco  mas 
de  3  onzas  por  quintal. 

La  masa  total  de  los  frutos  que  producen  las  minas  se  divide  generalmen- 
te en  tres  clases,  que  se  conocen  con  los  nombres  de 

Metal  de  fuego,  cuyo  contenido  es de  16     á  42  onzas.     ) 

á  12  idem.      >  por  quintal. 


Azoguillo de 

Ordinarios de 


2i  á 


4  idem.      j 


(1)  El  montón  en  Bolaños  tiene  quince  quintales:  en  Charcas  diez  y  seis:  en  el  Fresnillo  diez  y 
ocho:  en  Zacatecas,  Ramos  y  Sombrerete  veinte:  en  el  Real  del  Monte,  Pa.chuca  y  Chico  treinta: 
en  Guanajuato   treinta  y  dos ,  y  la  tarea  en  Tasco  y  Zacualpan  cien  quintales. 


36 

Pero  no  es  extraño  observar  otra  división  en  algunas  negociaciones  par- 
ticulares, como  en  Vetagrande,  en  que  las  diversas  clases  se  distinguen  por  nú- 
meros, y  así  se  dice:  metal  de  primera,  de  segunda,  de  tercera,  de  quarta,  ordina- 
rios, tierras,  porque  les  ofrece  mas  comodidad  para  el  orden  que  se  han  pro- 
puesto seguir. 

La  mayor  parte  de  la  plata  que  produce  Zacatecas  se  saca  por  amalgama- 
ción, como  sucede  en  casi  todos  los  minerales  de  la  República.  A  pesar  de  los 
adelantos  que  el  Sr.  Garcés  ha  hecho  en  el  beneficio  de  fuego,  aun  no  está  tan 
perfecto  que  pueda  fundir  con  utilidad  los  frutos  ordinarios.  Este  es  método 
mucho  mas  pronto,  y  no  hay  necesidad  de  consumir  tanto  azogue  de  afuera. 

Para  formar  concepto  de  la  cantidad  de  plata  procedente  de  cada  método 
de  beneficiar  en  Zacatecas,  presentaremos  una  razón  de  las  barras  introducidas 
en  la  oficina  del  Ensaye  Nacional,  que  comprende  un  periodo  de  casi  veinte  y 
tres  años  desde  el  de  1812  inclusive,  hasta  fin  de  agosto  de  1834,  como  sigue. 


_ 

BARRAS  DE 

BARfiAS  DE 

- 

E.'.RRAS  B2 

CARRAS  DE 

AZOGUE. 

FUEGO. 

Sumas  anteriores 

AZOGUE. 

FUEOO. 

1812 

1.669 

621. 

22.510.... 

3.693. 

1813.... 

2.420. .  .. 

499. 

1824.... 

1.590... 

304. 

1814.... 

171. 

1825.... 

1.195 

195. 

1815.... 

1.252 

154. 

1826... 

1.221 

234, 

1816.... 

1.391 

216. 

1827... 

1.614. . . 

,      321. 

1817... 

1-372... 

277. 

1828... 

2.147... 

276. 

1818 

2.046 

391. 

1829... 

.     3.240... 

.      792. 

1819 

2.685 

388. 

1830- •• 

•     2.916... 

.      778. 

1820.... 

2.175 

221. 

1831... 

2.751... 

.      231. 

1821.... 

1.766 

161. 

1832... 

.     2.781... 

.      208. 

1822 

1.922.... 

221. 

1833... 

2.270... 

.       222. 

1823.... 

1.689 

■  i  i  •  >. 

Agosto  31 

1834... 

Total   ... 

.      1.432... 

.       170. 

Sumas  que  ] 
siguen.. . .  ' 

>  22.510.... 

3.693.c 

.  45.667... 

.   7.424. 

De  esta  tabla  resulta  que  en  los  periodos  que  abraza  se  han  presentado 
45.667  barras  de  patio  y  7.424  de  fuego;  pero  antes  de  comparar  estos  números 
es  necesario  hacerles  una  corrección,  porque  en  cada  barra  de  plata  de  patio  se 
pueden  mezclar  .12  marcos  de  plata  de  fuego  sin  que  se  altere  su  ley  de  12  dine- 
ros; á  lo  menos  no.se  hace  sensible  en  el  ensaye,  y  es  práctica  generalmente  esta- 
blecida el  hacer  esta  mezcla;  de  consiguiente,  suponiendo  que  se  haya  verificado 
pn  solo  la  tercera  parte  de  las  barras  de  patio,  entonces  se  reducen  estas  á 
44.314,  y  las  de  fuego  suben  á  8.777,  cuyas  cantidades  casi  están  en  razón  de  5 


37 
á  1  como  aproximación  general  á  los  productos  de  ambos  métodos  de  benefi- 
cio (1). 


SECCIÓN    SÉPTIMA. 


CASA  DE  MONEDA,  PESOS  Y   MEDIDAS. 


M-JA  casa  de  moneda  es  uno  de  los  establecimientos  que  tiene  la  major  analo- 
gía con  el  giro  de  minas,  y  que  lo  fomenta  diariamente;  porque  facilitando  la  con- 
versión de  las  pastas  en  moneda,  facilita  al  mismo  tiempo  al  minero  el  pago  de 
sus  memorias  y  la  continuación  de  sus  trabajos,  sin  la  interrupción  á  que  daba 
lugar  una  demora  en  la  remisión  de  las  barras  á  Méjico,  ó  un  sacrificio  en  el  va- 
lor de  su  plata  si  encontraba  quien  se  la  cambiase.  Por  estas  razones  habia  sido 
solicitado  en  tiempos  antiguos  por  la  Diputación  de  Zacatecas,  con  las  mas  em- 
peñosas representaciones;  de  manera  que  en  octubre  de  1607,  esto  es,  á  los  cin- 
cuenta años  después  de  descubierta  la  veta  de  San  Bernabé,  obtuvo  á  conse- 
cuencia de  sus  activas  instancias  una  real  cédula,  para  que  la  Audiencia  de 
Guadalajara  informase  sobre  las  ventajas  que  podrian  resultar  de  la  creación  de 
esta  nueva  casa;  pero  ya  sea  que  el  gobierno  resistiese  multiplicar  las  fá- 
bricas de  moneda,  ó  ya  que  los  informes  de  la  Audiencia  no  apoyasen  los  deseos 
de  los  Zacatecanos,  el  establecimiento  no  pudo  verificarse  sino  basta  estos  últi- 
mos tiempos,  y  la  actual  casa  comenzó  en  el  año  de  1811;  pero  desde  el  año  de 
1821  que  D.  Dionisio  Sancho,  Director  de  Escultura  de  la  Academia,  se  encargó 
de  la  dirección  de  esta  casa,  el  establecimiento  fué  sucesivamente  tomando  un 
aspecto  mas  lisonjero:  y  es  opinión  general  que  este  casa  de  moneda  se  consi- 
dera hoy  como  la  mas  arreglada  de  las  que  hay  en  la  República,  y  cada  dia  va- 
yan siendo  mayores  sus  labores  y  con  menos  gastos;  de  manera  que  aun  habien- 
do bajado  los  costos  de  acuñación  á  la  cuota  de  dos  reales  por  marco,  queda  á 
favor  de  la  casa  un  fondo  considerable.  Ello  es  cierto  que  el  objeto  de  estos  es- 
tablecimientos es  acomodar  al  cambio  el  oro  y  la  plata,  cuyo  uso  en  barras  ó  te- 
jos seria  muy  incómodo,  y  no  el  de  engrosar  las  rentas  del  estado  á  costa  de  los 
particulares;  es  pues  muy  regular  que  llegue  el  tiempo  de  que  la  amonedación  se 
halle  á  costo  y  costas,  en  cuyo  caso  se  aumentarán  mucho  mas  las  labores,  y  el 
estado  percibirá  por  otras  vias  mas  directas  lo  que  deja  de  percibir  por  la  fabri- 
cación de  la  moneda  (2). 


(1)  Los  detalles  del  beneficio  con  las  respectivas  máquinas,  en  comparación  con  los  modos  acos. 
tumbrados  en  los  Minerales  de  los  Estados  de  Méjico  y  Valladolid,  se  darán  en  la  duodécima  Sec 
cion  de  las  Riquezas    naturales  de  Zacatecas. 

(2)  Sobre  lo  particular  de  la  fabricación  de  la  moneda  en  Zacatecas,'  daremos  las  aclaraciones 
en  la  Sección  duodécima  de  )as  Riquezas  naturales. 

12 


38 

Las  acuñaciones  que  se  han  hecho  desde  el  año  de  1811  hasta  fin  de  agos- 
to de   1834,  ascienden  a  69.991.266  pesos  1  real  6  granos,  en  el  orden  siguiente. 


AYOS. 

MTKBBABIO. 

0. 

ANOS.                       NUMERARIO. 

1811 

2.000.021. 

6. 

Sumas  anteriores. .  27.446.162.  1. 

6. 

1812 

3.571.020. 

0. 

0. 

1825 3.213.356.  0. 

0. 

1813 

1.991.832. 

1.464.704. 

823,297. 

4. 
0. 

0. 
0. 

7. 

0. 
0. 
0. 
0. 
0. 

1S26 3.233.  66.  0. 

0, 

1814 

1827 4.010.820.  0. 

0, 

1815 

1828 3.880.630.  0. 

1829 4.505.180.  0. 

0, 

J816 

'  1.278.983. 

0. 

1817 

639.311. 

1830 5.189.902.  0. 

0. 

1818 

890.983. 

2. 

0. 

1831 4.469.450.  0. 

0. 

1819 

1.026.775. 

4. 

0. 

1832 5.012.000.  0. 

0. 

1820 

764.011. 

6. 

6. 

1833 5.372.000.  0. 

0. 

1821 

1.326.700. 

7. 

0. 

1834  Fin  de  agosto.  3.658.50U.  0. 

0. 

1822 

3.610.455. 

0. 
0. 
5. 

0. 
0. 
0. 

1823 

4.040.000. 
4.018.062. 

JJ 

1824 

»> 

Suma  que  sigue..  27.446. 162.  1.   6.  Total 69.991.266.  1.  6. 

Exceptuando  el  marco  de  Zacatecas  que  conviene  muy  bien  con  el  que  se 
conserva  en  la  casa  de  moneda  de  Méjico,  ó  por  mejor  decir,  es  el  mismo,  las  de- 
mas  medidas,  como  la  vara,  el  cuartillo  para  los  líquidos,  y  la  media  para  las 
semillas,  son  todas  mas  grandes  que  los  padrones  de  Méjico;  nos  hemos  ocupado 
de  estas  comparaciones,  y  vamos  á  presentar  los  resultados.  El  padion  de  la 
vara  que  se  conserva  en  la  casa  de  Ayuntamiento  á  cargo  de  uno  de  los  regido- 
res, se  hizo  el  año  de  1676,  esto  es,  á  los  ciento  treinta  años  después  de  conquis- 
tado Zacatecas:  no  se  puede  saber  sifué  piwiado  por  el  gobierno  de  Méjico  como 
parece  regular,  ó  si  se  construyó  en  Zacatecas:  se  compone  de  dos  chapas  ó  lámi- 
nas de  hierro  de  una  pulgada  de  ancho  y  dos  y  media  líneas  de  grueso,  caldeadas 
ó  soldadas  liácia  los  extremos,  y  de  dos  pedazos  también  de  hierro  que  las  separan 
casi  una  y  media  pulgadas,  y  forman  un  cajón  largo  y  angosto,  del  cual  los  la- 
dos mas  chicos,  mas  limados  por  su  cara  interior,  determinan  la  longitud  de  la 
vara:  exteriormente  conserva  las  desigualdades  y  las  impresiones  que  le  dejó  el 
martillo  en  la  forja:  con  la  misma  exactitud  de  su  construcción  tiene  señalado  en 
los  cantos  angostos  de  las  reglas  la  medida  sexma,  la  tercia  y  la  media  vara,  co- 
menzando desde  un  extremo;  y  la  media  ochava,  la  ochava,  la  cuarta,  la  me- 
dia vara  y  las  dos  tercias  desde  el  otro.  Su  longitud  á  la  temperatura  de  15.°  de 
Reaumur  comparada  con  la  del  metro  á  la  misma  temperatura  es  de  0.?  845.960, 
esto  es,0.m  6.791  mayor  que  la  de  Méjico.  La  vara  mejicana  es  igual  á0.m  839.169, 
según  las  experiencias  hechas  por  A.  de  Humboldt  en  el  padrón  que  se  conserva  en 
el  Cabildo  de  Méjico  (Ensayo  político  tomo  2  página  132,  segunda  edición);  de  ma- 
nera que  en  cada  100  varas  mejicanas,  hay  solo  99  varas  6  pulgadas  10  líneas  de 
Zacatecas,  6  lo  que  es  lo  mismo,  esta  vara  es  29  pulgadas  2  líneas  por  ciento 
mayor  que  la  de  Méjico. 


-        39 

No  es  posible  tomar  dimensiones  exactas  en  una  medida  de  hoja  de  lata  que 
no  puede  ser  un  cilindro  perfecto,  ni  tener  un  mismo  diámetro  en  todo  su  largo: 
así  pues,  para  conocer  la  capacidad  del  cuartillo,  hemos  tomado  cinco  medidas 
exactas  de  agua  de  lluvia,  y  han  pesado  6  libras  8  onzas  12  adarmes;  pero  igual 
número  de  cuartillos  mejicanos  también  pesan  6  libras  7  onzas  4  adarmes,  esto  es 
que  el  cuartillo  de  Zacatecas  es  T\  mayor  que  el  de  Méjico,  lo  que  corresponde 
casi  ál^i  por  ciento. 

Las  dimensiones  de  la  media  para  medir  semilla  son 

Largo  en  la  boca 24  pulgadas  00  varas. 

Ancho  en  idem 14  10. 

Profundidad 12  6. 

Largo  de  la  base 18  10. 

Ancho  en  idem 14  10. 

Estas  dimensiones  dan  una  capacidad  de  3.971  pulgadas  cúbicas,  cuando  la 
media  de  Méjico  solo  es  de  3.600,  es  decir  que  aquella  tiene  371  pulgadas  cúbi- 
cas de  mas  capacidad,  lo  que  corresponde  casi  á  un  diez  por  ciento. 


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